La corrupción elegida - Juan Luis Fabo

Es seguro que estos días a muchas personas les incomodará reparar en ello, pero sólo han pasado dos años desde que Ignacio González hacía lo que quería tanto en el Gobierno como en la Asamblea de Madrid. Instituciones en las que siempre contó con el apoyo y la plena complicidad política de todos los miembros de su partido, en una misión para la que no dudaron en utilizar el enorme poder institucional y mediático que acumulaban tras sus repetidas victorias electorales.

El antecedente de Francisco Granados

La detención de González el pasado 19 de abril por la Guardia Civil, seguida de la prisión incondicional decretada por el juez bajo la acusación de una serie de delitos de corrupción: organización criminal, blanqueo, falsificación, prevaricación, malversación y fraude, ya contaba con el antecedente de Francisco Granados, el otro dirigente del PP con el que durante tanto tiempo formó la pareja de principales políticos madrileños, que la todopoderosa Esperanza Aguirre puso al frente de las decisiones del Gobierno de Madrid y de las políticas llevadas a cabo por su partido en la Comunidad Autónoma.

A estos dos dirigentes políticos la vida les ha situado de nuevo en situaciones semejantes, aunque esta vez lo que les toca compartir es la cárcel en lugar de la dirección de las más altas instituciones políticas madrileñas. El que más lejos había llegado como político fue González, puesto que de ambos sólo él ha ejercido el poder máximo de la Comunidad de Madrid en primera persona desde septiembre de 2012 hasta julio de 2015, circunstancia igualmente debida a Esperanza Aguirre al nombrarle su sustituto un año después de las elecciones de 2011.

El Grupo parlamentario popular en la Asamblea de Madrid

Ignacio González gobernó la Comunidad de Madrid con el PP ejerciendo todo el poder en la Cámara legislativa madrileña mientras los casos de corrupción crecían como setas en su partido. En aquel momento el grupo parlamentario popular utilizaba sistemáticamente el rodillo parlamentario que le otorgaba su mayoría absoluta, sin que nada de lo relacionado con la corrupción supusiera la más mínima fisura en el apoyo que siempre dio a su jefe de filas, y a pesar de que él mismo González apareciese implicado personalmente en alguno de los asuntos de corrupción que se publicaron en los medios de comunicación. Así se pudo constatar durante toda la legislatura de 2011 a 2015, en la que a partir de su nombramiento heredado de Aguirre hubo de comparecer semanalmente en la Asamblea madrileña como presidente de la Comunidad. La misma Cámara legislativa, por cierto, en la que Francisco Granados fue diputado hasta prácticamente su detención el 27 de octubre de 2014, arresto realizado, como en el caso de González, por la Guardia Civil.

Las machaconas noticias sobre los diferentes casos de corrupción durante aquella IX legislatura, que con frecuencia llenaban las portadas de los medios de comunicación, tampoco impidieron en ningún momento que la inmensa mayoría de cargos electos presentes en aquella Asamblea practicasen desde el principio hasta el final el cómodo gesto de mirar para otro lado como si la corrupción política fuese una cosa secundaria que simplemente pasaba por ahí, o bien optaran por refugiarse en el socorrido “y tu más” de partido político a partido político.

La lucha contra la corrupción y su escasa rentabilidad electoral

Solo unos pocos parlamentarios batallaron insistentemente contra la corrupción clamando por la regeneración política y realizando propuestas que irremediablemente se estrellaban contra el muro inexpugnable de la mayoría parlamentaria del PP.

Entre ellos destacaron dos parlamentarios de Unión Progreso y Democracia, el diputado Ramón Marcos Allo y la diputada Elvira García Piñeiro, quienes jamás recibieron el reconocimiento del electorado madrileño, que los dejó fuera de la Cámara en las elecciones de 2015, pero que sí tuvieron que sufrir como consecuencia de su trabajo y su coraje los ataques que articulaba el Partido Popular desde todos los frentes, tanto en la propia Asamblea como a través de los medios de comunicación.

Algunos ejemplos de lo anterior quedaron grabados. Así ocurrió con la intervención de Ramón Marcos Allo en el Pleno del 27 de julio de 2014, asediado por el propio presidente de la Cámara, el señor José Ignacio Echeverría Echániz, cuando el diputado de UPyD reclamaba a los diputados del PP que dejaran de amparar políticamente los comportamientos corruptos.

Igualmente puede verse la comparecencia de este mismo diputado ante los medios de comunicación el 28 de octubre de 2014, en la que de nuevo se expresó con toda claridad sobre el tema de la corrupción pidiendo al Partido Popular y a Esperanza Aguirre que asumiesen su responsabilidad política tras el ingreso en prisión de Francisco Granados por el cobro de comisiones millonarias.

En realidad la cosa ya venía de mucho antes, tal como podemos ver en la intervención parlamentaria también de Ramón Marcos en el Pleno del 12 de septiembre de 2012 cuando se dirigió a la todavía en aquel momento presidenta de la Comunidad Esperanza Aguirre, cinco días antes de que ésta anunciara su dimisión, reclamándole un radical cambio de actitud frente a la corrupción política. La intervención corresponde a su turno de réplica como portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Unión Progreso y Democracia en el transcurso del último Debate sobre el Estado de la Región en que Aguirre intervino como presidenta de la Comunidad de Madrid.

No menos significativo de esa misma actitud política imperante en la Cámara fue la tortuosa persecución que sufrió la diputada Elvira García Piñeiro después de que dicha parlamentaria denunciase en la propia Cámara la práctica de sobresueldos en el grupo del PP en la Asamblea de Madrid. Persecución que fue protagonizada por la propia presidencia de la Mesa de la Asamblea con amenazas de sanción incluidas, y convenientemente aderezada con una obscena campaña mediática orquestada desde el Partido Popular en el periódico ABC.

También esta diputada fue quien en el Pleno del 18 de marzo de 2015 presentó una iniciativa parlamentaria con el fin de que se aprobase realizar de inmediato una investigación del ICM y del Canal de Isabel II. Solicitud por supuesto rechazada en aquel mismo Pleno por el grupo popular, aunque no pueda quedar duda alguna de la total pertinencia de la misma, mucho más todavía a la luz de los acontecimientos de estos días con el encarcelamiento de Ignacio González por sus prácticas en el seno de dichos organismos.

Lo que pensaba Ignacio González sobre UPyD

Teniendo en cuenta todos estos comportamientos no es de extrañar lo dicho por el propio presidente Ignacio González ante sus compañeros de partido, lo cual fue registrado en una grabación que en aquel tiempo circuló por las redes sociales y en la quedaba patente cuál era su opinión acerca de la razón principal para atacar a UPyD, así como la advertencia que trasladaba a sus compañeros: si UPyD gana más representación en las elecciones nunca nos dejará gobernar como lo estamos haciendo. Evidentemente, en eso González estaba totalmente en lo cierto, pero como pudo verse más adelante, tras el recuento de las urnas en 2015, el electorado madrileño decidió otra cosa en su favor.

Rajoy interviene para poner a salvo el gobierno del PP a partir de 2015

Aunque por parte del partido gobernante no se oyó nunca reproche alguno contra Ignacio González, finalmente se vio que el propio Rajoy no las debía tener todas consigo y se las apañó para cambiar el candidato en 2015, lo cual ahora se muestra claramente como un refinado ejercicio de supervivencia política en la que el presidente de España es sin duda un consumado especialista.

Lo demás lo hizo el propio electorado madrileño convirtiendo a Cristina Cifuentes, que formó parte de la Mesa de la Asamblea antes de ser nombrada Delegada del Gobierno, en la nueva presidenta de la Comunidad gracias al apoyo del mismo grupo parlamentario popular que nuevamente fue el más votado, aunque en esta ocasión hubiera de ser socorrido por los votos de los también nuevos parlamentarios del partido Ciudadanos, cumpliéndose de este modo una vez más el conocido refrán “a rey muerto rey puesto”, que, con el acierto que da la experiencia, nos enseña cómo suele escribirse la historia en nuestro país.

 

Profesor jubilado y ciudadano comprometido - Cofundador de Basta Ya y UPyD - Diputado en la Asamblea de Madrid entre 2011 y 2015