España, un gran país
España, es una historia de éxito. En el periodo comprendido entre 1975 y 2014, el PIB per cápita español creció a una tasa superior a todos los países desarrollados, salvo Japón y China. En estos cuarenta años, España tuvo una tasa media de crecimiento anual de su PIB per cápita del 1,6% , frente al 1,2% de Italia, 1,5% de Alemania o el 1,3% de Francia. Nuestro PIB per cápita pasó de ser el 60% de la media de los tres países hegemónicos de Europa (Francia, Gran Bretaña y Alemania) a ser el 80%. La transformación de España ha sido formidable en lo económico y en lo político.
Modernización, europeización y democratización, aspiraciones colectivas de sucesivas generaciones de españoles, se han logrado plenamente
Modernización, europeización y democratización, aspiraciones colectivas de sucesivas generaciones de españoles, se han logrado plenamente. Un exitoso camino del que debemos estar orgullosos, el sueño de muchos españoles que, por desgracia, no han podido llegar a verlo. La España de mi infancia, de carreteras llenas de parches, de puentes estrechos como cuchillos en los que cruzarse con otro coche era jugarse la vida, se ha transformado en el país que más kilómetros de autopista tiene en Europa (15.400 km tiene España frente a los 13.000 de Alemania o 12.600 de Francia). Los puentes ahora cabalgan sobre el vacío, los trenes van como balas, …un país que se ha volcado hacia adelante, empeñado en parecerse a Alemania.
La historia de España es la de una gran transformación, un cambio excepcional en los países de la OCDE. Salvo Corea del Sur, no hay prácticamente ningún país que se haya transformado socialmente tan rápidamente como lo ha hecho España. Yo he conocido la otra España, un país anacrónico de viudas sin recursos que no cobraban pensión ni prestación. En la España rural de los años ochenta, en una economía casi de subsistencia, pocos agricultores podían permitirse cotizar a la Seguridad Social como autónomos. Las viudas de esos hombres del campo estaban condenadas a vivir de la caridad familiar. Una de las imágenes que tengo de mi infancia es ver, bajo un sol de fuego, una fila de mujeres mayores enlutadas que iban tras las cosechadoras recogiendo las espigas que, bajo las encinas, no habían podido ser cosechadas. Hasta 1990 (Ley 26/1990, de 20 de diciembre), no se establecieron en España las pensiones no contributivas para las personas, que sin recursos, no hubieran cotizado nunca a la Seguridad. Hace casi “cuatro días” existía esa España, difícil de imaginar para un joven -y no tan joven- actual.
La transformación de España, no ha sido por azar ni regalada, ha sido gracias al esfuerzo de generaciones anteriores, al medio millón de españoles que han mandado sus remesas desde Francia o Alemania durante décadas, al sacrificio heroico de las familias españolas para dar estudios a sus hijos. Sin sacrifico, remesas ni capital humano no se habría producido el fenomenal cambio estructural de la economía española. La población ocupada en la agricultura era el 40% de todos los trabajadores del país aún en 1960. Hasta 1986 no hay en España una cobertura sanitaria para todos los ciudadanos (Ley 14/1986, de 25 de abril, Ley General de Sanidad, siendo ministro Ernest Lluc). Antes de esa fecha, un 30% de los españoles no tenía asistencia sanitaria pública; en mi pueblo mucha gente no podía costearse las 300 pesetas de la época que había que pagar por una radiografía en el hospital provincial. Los niños de entonces veíamos en las películas como se vivía en Estados Unidos o Inglaterra, esperábamos impacientes ese salto temporal y el salto se ha producido. Naturalmente nos queda mucho por hacer, tenemos grandes retos encima de la mesa, la brutal tasa de paro es uno de ellos. Nuestros mayores nos han dejado una gran herencia, nos toca rematar la faena.
Los tópicos sobre España, que proliferan más que los pollos de corral
“Somos un país de vagos, abandonados a interminables siestas”… Sólo el 16% de los españoles se echa la siesta, frente al 34% de los estadounidenses y el 22% de los alemanes (estudio de la revista Neurology). “País de fiestas y juergas, en el que más días festivos hay”. En España las fiestas nacionales (sin contar las autonómicas) son 9 al año, en Estados Unidos 10, en Japón 17, Corea del Sur 15….
En cuanto a vacaciones anuales: Rusia 40 días, Suecia 36, Francia y Noruega 35, …España 34. Y en consumo de alcohol: España está en el puesto decimoprimero de Europa.
“España no ha hecho ajuste estructural”, repiten algunos economistas. España -según la OCDE- es uno de los países que más ha seguido las prescripciones para hacer reformas, por delante de Francia o Finlandia. (Informe OCDE).
La única empresa multinacional europea creada después de los años sesenta que se ha incorporado al Forbes 500, es la española Inditex
“No sabemos crear empresas globales”. La única empresa multinacional europea creada después de los años sesenta que se ha incorporado al Forbes 500, es la española Inditex. Mientras Estados Unidos sigue creando empresas de la nada que se transforman en gigantes (desde 1975 son ya veinte) en Europa sólo una, Inditex. Las empresas del IBEX 35 en 1997 apenas obtenían el 24% de sus ingresos del extranjero, hoy es el 70%. Algunas como Grifols, Técnicas Reunidas o Amadeus superan el 90%. Y tienen un elevado componente tecnológico, Grifols cotiza en el Nasdaq, Técnicas Reunidas domina la obra civil para la industria petrolífera mundial y Amadeus es líder en el mercado de reservas electrónicas aéreas también a nivel mundial.
“En España no hay ejecutivos competentes”, escribía en tuiter un mediático profesor de economía. La lista de consejeros delegados españoles en multinacionales extranjeras es interminable: la española Belén Garijo es consejera delegada de la farmacéutica alemana Merck, Francisco Javier García es responsable de compras de Volkswagen y sus filiales (Audi y Porsche), las alemanas Esprit y KabelDeutschland tienen consejeros delegados españoles, también las estadounidenses Zoetis, Otis y Hudson, la única mujer en el comité de dirección de BMW en Múnich es la española Milagros Caiña …la lista es interminable, como sabe cualquiera que siga la actualidad empresarial mundial.
La lista de tópicos, que nada tienen que ver con la realidad de lo que somos es interminable.
¿Otra vez la construcción y el turismo? no podemos cometer ese error.
La crisis del coronavirus nos hace mirar otra vez al turismo y a la construcción como tablas de salvación. El boom del ladrillo de la anterior crisis ha provocado una pérdida masiva de capital humano, uno de cada 4 varones españoles trabajaba en la construcción cuando se pinchó la burbuja, muchos interrumpieron sus estudios por la fiebre del ladrillo… A más construcción, más trabajos precarios que acaban con la entrega de la obra, menos valor añadido y más España 0.0. Lo mismo con el turismo. Dicen que España podría ser la Miami de Europa, por su buen clima, playas y campos de naranjas.
¿Queremos ser un Estado vegetativo, repleto de ancianos alemanes y británicos ebrios? o ¿aspiramos a algo más?
La España del boom inmobiliario era un país enfermo, en el que circulaban más billetes de quinientos euros que en ningún otro país de Europa (el 26% del total , en un país q apenas representaba el 12% del PIB ). Aeropuertos sin aviones; en el de Ciudad Real se hundieron mil millones, pero es que hay otros diez que reciben apenas mil viajeros al año, el récord lo ostenta el aeropuerto de Huesca, con apenas trescientos pasajeros al año, algo menos de uno por día. En la Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela, que estaba llamada a ser un icono cultural y tecnológico, terminaron construyendo una biblioteca innecesaria, un museo inútil y dejando incompleta una concha de vieira que iba a formar parte de una ópera para las representaciones como las de la Scala de Milán, y todo ello con mármol rosado que procedía de la cantera de un político local, cantera ilegal por supuesto. Madrid soñaba con el Eurovegas, casinos y prostíbulos, era la gran apuesta de futuro… En Barcelona parecido. No hay independencias, estamos todos casados íntimamente para lo bueno y para lo malo, hemos compartido los mismos errores, nos hemos metido en el mismo fango de clientelismo, nepotismo y enchufismo. También saldremos juntos de la crisis o no saldremos, la interdependencia de las distintas economías regionales que componen España no permite escapadas en solitario como en una carrera ciclista.
Hay otra España posible, más al alcance de lo que pensamos, y de eso va este artículo.
Tenemos una juventud rebosante de talento, pero que acaba abandonando España
Algunos ejemplos épicos de jóvenes emprendedores españoles:
Pilar Manchón, una recién licenciada en informática por la Universidad de Sevilla, creo la startup Indysis (Intelligent Dialogue Systems) dedicada al reconocimiento de voz y la creación de asistentes virtuales. El asistente virtual Alexa de Amazon y el resto de asistentes virtuales, están basados en los desarrollos de Pilar. Ella no necesitó aceleradora ni incubadora, creó la empresa en su barrio de Triana y por falta de financiación no pudo seguir creciendo. En 2013, el gigante estadounidense Intel, el mayor fabricante mundial de chips, compraba Indysis por unos 30 millones de dólares, Pilar trabaja ahora en Silicon Valley y forma parte del comité ejecutivo de Intel.
La startup madrileña Blink, fundada por Rebeca Minguela, una ingeniera de telecomunicaciones de Valladolid. Blink no encontró financiación en España y fue comprada por una empresa norteamericana por 15 millones de dólares. Rebeca ha emigrado a Estados Unidos, donde ha creado Clarity, otra startup exitosa.
La japonesa Next, compró por 80 millones de euros la barcelonesa Trovit. La noruega Schibsted compró por 50 millones de euros a Ricardo García Covaleda, la startup Milanuncios, nacida en un piso de Cáceres. La multinacional Nielsen compró la startup madrileña Nexium. Symantec, uno de los grandes operadores de ciberseguridad compraba la Barcelonesa PasswordBank por 25 millones de dólares… La lista es interminable y el común denominador son los problemas para acceder a la financiación que tienen las startups españolas. Los escasos recursos públicos se dedican a construir edificios – incubadoras o aceleradoras- (España es el segundo país de Europa en número de aceleradoras), y después casi no queda dinero para la financiación. Los jóvenes terminan vendiendo sus startups a multinacionales extranjeras, que además les ofrecen importantes puestos ejecutivos en el extranjero y acaban emigrando.
Hay una cantera inédita de talento español, una inmensa ola que se está levantando
Hay una cantera inédita de talento español, una inmensa ola que se está levantando. Sirva como ejemplo: en los Campus Party que se organizan cada año en distintas ciudades europeas, en los que compiten universitarios de informática y telecomunicaciones con sus ideas de startups innovadoras, desde 2013 ganan -año tras año- los universitarios españoles. Podemos aprovechar la ola de emprendimiento que se levanta, surfear sobre ella y nos llevará lejos. También podemos quedarnos chapoteando en el agua, depende de nosotros.
En España no hay capital riesgo, ni público ni privado
El capital riesgo para startups tecnológicas es de 2 euros per cápita en España, frente a los 45 de Suecia, 70 de Estados Unidos y 142 de Israel. El profesor de Harvard Josh Lerner explica en un libro las razones del éxito israelí en la atracción de capital riesgo internacional. El título del libro parece dedicado especialmente a los jóvenes emprendedores españoles: El Bulevar de los sueños rotos.
Una de las claves principales del éxito israelí fueron los incentivos fiscales al Venture capital, que en España casi no existen.
La fracasada Ley de Startups de España
En España se aprueba en 2013 la Ley de Apoyo a los Emprendedores y su Internacionalización (Ley 14/2013 de 27 de septiembre). Hay consenso general en que esta ley ha sido un fracaso; pues ante un texto nada ambicioso en las reformas y sin acompañamiento financiero, la implacable burocracia española hizo el resto. La Ley estableció como novedad, que ante un concurso de acreedores la vivienda habitual del emprendedor no podía ser embargada, siempre que esta no superara los 300.000 euros. La mayoría de los jóvenes emprendedores no tienen viviendas en propiedad. La ley estableció también una “startup visa” para conceder a los emprendedores extracomunitarios permisos de residencia y trabajo, las visas tardaban en concederse meses y tenían caducidad, lo que obligaba a renovarlas periódicamente. Había que presentar toda la documentación una y otra vez, y los trámites burocráticos se demoraban tanto, que los emprendedores estaban obligados a regresar a su país hasta que recibían la renovación de la visa.
Es fundamental conservar el talento español, pero también atraer talento de fuera. Hemos atraído talento muy valioso, fundadores como Isak Andic (Mango) procedente de Estambul o Thomas Meyer (Desigual) de Suiza. El único empresario que ha creado no una sino dos empresas del IBEX 35, ha sido un extranjero: Leopoldo Fernández Pujals, que llego a España en los ochenta. Leopoldo, economista de origen cubano, por la mañana trabajaba para la financiera Procter & Gamble y por la noche se ponía un delantal y amasaba pizzas en una pizzería que él mismo montó en el barrio de El Pilar en Madrid. Pujals se pagó los estudios en Miami trabajando en una pizzería, aplicó un modelo de negocio aún desconocido en España (reparto a domicilio) y fundó Telepizza, que acabaría en el IBEX 35. Después salvó Jazztel de la quiebra y la llevó también al IBEX 35.
La Ley de Apoyo a los Emprendedores y su Internacionalización del Gobierno Rajoy de 2013, reflejaba en el texto legal una absoluta falta de ambición
La Ley de Apoyo a los Emprendedores y su Internacionalización del Gobierno Rajoy de 2013, reflejaba en el texto legal una absoluta falta de ambición. La ley contemplaba una serie de ventajas para retener a los emprendedores como: deducciones para contratación indefinida de un emprendedor e incentivos fiscales a la contratación para proyectos de emprendimiento joven. La Ley estableció que los artículos que contenían estos incentivos sólo estarían vigentes si la tasa de paro se mantenía por encima del 15%. Cuando la tasa de paro bajó ligeramente del 15% (tercer trimestre de 2018, fue el 14,45%), el Gobierno aprobó un Real Decreto-Ley en diciembre para derogar esos incentivos. No esperó ni a que acabara el año. “Lograr” una tasa de paro casi africana del 15%, era el referente para dejar de aplicar gran parte de los incentivos al emprendimiento, grotesco.
Ahora se está trabajando en una nueva ley de emprendimiento, se están recogiendo propuestas, sin prisa. La nueva ley fracasará si no va acompañada de capital riesgo público y de herramientas que permitan a los emprendedores captar capital riesgo extranjero. Las consultoras especializadas cobran a las startups una media de cinco mil euros por organizar una ronda de financiación, este servicio podrían ofrecerlo las administraciones públicas sin coste a los emprendedores, tenemos suficientes funcionarios preparados para ello.
España cuenta con pocos fondos corporativos de capital riesgo, apenas una docena y de pequeño volumen. Si se legislaran suficientes incentivos fiscales podría atraerse capital extranjero y estimular que las grandes empresas españolas pusieran fondos a disposición de los emprendedores españoles. En un país con tanto talento puede ser un negocio rentable. El fondo español de biotecnología Ysios Capital prefiere invertir en el extranjero donde encuentra mejores condiciones que en España, vendió la startup suiza Endosense por casi 250 millones de euros. El fondo español Bullnet logró vender Anafocus (una spin-off de la Universidad de Sevilla que desarrolló innovadores microchips para sensores de cámaras) a la británica e2v Technologies por 34 millones de euros. Otro fondo español, Caviedes & Partners, ha logrado varias desinversiones importantes: la francesa Bla Bla Car por 100 millones de euros. Parece que los fondos de capital riesgo españoles invierten más en el extranjero o si lo hacen en startups españolas es sin vocación de permanencia, predominando el componente especulativo a corto plazo.
La exitosa ley holandesa de emprendimiento
En 2013, el gobierno holandés aprobó una ley de emprendimiento que acompañó de un fondo de Venture capital dotado de 150 millones de euros para invertir en startups. La ley establecía la concesión de una visa a personas procedentes de fuera de la Unión Europea, que quisieran emprender en Holanda y cuyo plan de negocio recibiera el visto bueno, a las que apoyaría financieramente en su proyecto. También se establecen incentivos fiscales, una cuota fija para autónomos de 50 euros al mes… Está inspirada en las iniciativas con las que Israel logró atraer talento e inversión exterior (si el lector está interesado, puede leer el epígrafe: “Israel, de las naranjas al Nasdaq” de un artículo que escribí en este mismo medio).
Holanda está atrayendo talento de toda Europa, los emprendedores españoles se marchan a Holanda en busca de oportunidades (noticia). España debería darse prisa en aprobar una nueva ley de emprendimiento, basta con seguir la senda israelí y holandesa.
Se podría ir un paso más allá de la ley holandesa y reducir la carga impositiva sobre las rentas obtenidas por inversiones en startups en función del grado del riesgo asumido. Es algo que atrajo mucho capital para proyectos innovadores en Israel.
Las empresas zombis y los fondos europeos
Sin financiación es imposible que un proyecto emprendedor se convierta en realidad y crezca
Los fondos europeos podrían ser una gran ocasión para acompañar de una partida financiera suficiente a la futura ley de emprendimiento. Holanda dotó a su ley de emprendimiento con 150 millones de euros (sólo Air Europa ha recibido 600 millones del Estado español). Las declaraciones del presidente y del vicepresidente de la CEOE en el sentido de “canalizar los fondos europeos como incentivos fiscales en lugar de subvenciones directas para evitar empresas zombis” o “lo importante no es hacer empresas zombis por orden administrativa”. Todas las empresas en una fase incipiente tienen una baja rentabilidad, la amortización de los activos y las bajas cuotas de mercado iniciales no permiten grandes rentabilidades. Sin financiación es imposible que un proyecto emprendedor se convierta en realidad y crezca.
Hablemos de “empresas zombies”. Una startup como Airbnb, que facilita casas y pisos entre particulares, habría sido calificada en su nacimiento como empresa zombi por los dirigentes de la CEOE. Airbnb, tiene hoy una valoración estimada de 10.000 millones de dólares, es decir, más que InterContinental Hotels Group, el mayor operador del sector con una valoración de 8.200 millones. Lo impresionante de este ejemplo es que la startup californiana no tiene una sola habitación de hotel, mientras que IHG cuenta con 4.704 hoteles. Airbnb tampoco es una empresa low cost, por cierto. En 2014, cuando se organizó el World Mobile Congress en Barcelona, el fundador de Facebook no se alojó en ningún hotel, sino que alquiló un ático de Airbnb en el Paseo de Gracia.
En el mundo de la alimentación, otro puntal fuerte de España, la disrupción digital ha llegado como Just Eat de restauración online. Just Eat, startup danesa, salió a bolsa en Londres en 2014 con una valoración de 2.400 millones, es decir 2,5 veces más que Campofrío que tenía una valoración de 900 millones. Just Eat tiene 29.000 restaurantes asociados y está presente en 13 países. El innovador modelo de negocio de Just Eat no era nuevo en España, ya había dos startups españolas que lo habían empezado a desarrollar: SinDelantal y La Nevera Roja, ambas fueron compradas por Just Eat. SinDelantal, creada por Diego Ballesteros y Evaristo Babé, fue comprada por Just Eat por 4 millones de euros. Con ese dinero, Diego y Evaristo se marcharon a Méjico y fundaron SinDelantal para América Latina. La Nevera Roja, fundada por dos jóvenes también -Iñigo Juantegui y José del Barrio– logró tener 7.000 restaurantes asociados en España, corrió igual suerte y acabó siendo comprada por Just Eat, empresa que hoy monopoliza ese modelo de negocio en España, no sería así si ambas empresas hubiesen encontrado financiación o inversores nacionales.
Google prepara coches sin conductor e irrumpir en el ámbito doméstico como lo muestra la compra de Nest, una empresa de automatización y domótica para las viviendas. Apple también quiere entrar en el negocio de las casas inteligentes. Los negocios online son particularmente agresivos en todos los servicios de ventas como Amazon, una empresa con ingresos netos comparables al Corte Inglés… Alibaba tiene unos ingresos netos de 3.6000 millones de dólares, mientras que El Corte Inglés tuvo pérdidas de 500 millones el primer trimestre de 2020 (previrus) y cerró los ejercicios de 2018 y 2019 con números rojos. ¿Cuál es la empresa zombi? ¿Alibaba? o ¿El Corte Inglés, que tras haber recibido créditos ICO ha contratado a dos consultoras para ver si logra 4.000 millones de los fondos europeos –noticia-?
Empresas zombies son las que tienen que emitir empréstitos y remunerarlos por encima del mercado, las que dan dividendos del 10% a pesar de tener exiguos beneficios, las que cotizan por debajo de su valor contable… de lo contrario prestamistas e inversores pasarían de largo; y cuyos directivos hacen ahora “el pino o el zombi” delante del Gobierno para ver si les toca algo del maná europeo.
Las startup tecnológicas van a ser claves para jugar -y ganar- la partida de la revolución digital. La disrupción digital es una oportunidad para España, la oleada de innovación causará impacto en todos los sectores, no sólo los más tecnológicos sino los más tradicionales, la combinación del offline y online será la formula ganadora de la era moderna empresarial. Las startups tecnológicas son claves en la cuarta revolución industrial.
No hacen falta oficinas, no necesitamos aceleradoras
Como he escrito antes, España es el segundo país en número de aceleradoras de Europa. La mayoría de esas aceleradoras están semivacías, las empresas que allí se instalan no suelen ser startups. De las startups, que he mencionado en este artículo, ninguna surgió en una incubadora ni necesitó una aceleradora. La disrupción digital permite empresas sin oficina, como la californiana Gitlab, que tiene 800 empleados, factura 100 millones de dólares y no tiene oficinas. Las nuevas empresas de internet son las plataformas digitales como Toptal, desde la que se ofrecen servicios informáticos, contables, ingenieriles,… a todo el mundo. En el caso de que se requieran oficinas o naves industriales, hay muchas vacías en cualquier ciudad de España.
Las plataformas digitales que ofrezcan servicios avanzados por internet presentan en España una gran oportunidad. En este universo digital todavía hay mucho mercado por conquistar en Latinoamérica, las tasas de penetración de internet alcanzan el 40% en los países latinoamericanos, pero con rápido crecimiento. Es el momento de posicionarse, de ofrecer servicios en colaboración con empresas locales, muchos proyectos que se vayan a llevar a cabo en los países latinoamericanos pueden hacerlos nuestros jóvenes desde España. Esta idea surgió en Alemania a principios del presente siglo, sobraban ingenieros y arquitectos en la larga crisis posreunificación. Se crearon despachos de ingenieros y arquitectos en los que cada uno estaba en un lugar distinto, establecieron contacto con profesionales de otros países y empezaron a colaborar. Muchas de las obras de arquitectura e ingeniería civil que se han hecho en China lo fueron a través de este modo de trabajar, he conocido varios alemanes que estuvieron trabajando en empresas de este tipo.
Este modelo lo está aplicando India con gran éxito. La industria de servicios de tecnologías de la información es el 7,5% del PIB indio, 15 años antes solo representaba el 1%. Más del 70% del total de los ingresos de estos servicios tecnológicos proceden del exterior.
Por último
Crear una empresa, aunque sea una de crecimiento rápido -como lo es una startup- no es tarea fácil. Las startups más exitosas suelen llevar tiempo desarrollándose, como Atrápalo de Marek Fodor, que tardó unos quince años en posicionarse. Trovit o Privalia, tardaron como diez años. Vender una startup a otra empresa tampoco es fácil ni suele ser rápido, salvo que sea una empresa excepcionalmente innovadora. La española eltenedor.es tardó ocho años en ser comprada por la estadounidense Tripadvisor. Nueve años tardaron Imaste o Toprural en ser vendidas.
Necesitamos un proyecto de país, atraer inversiones, sedes corporativas y centros de innovación (¿cómo es posible que sea España unos de los pocos países de Europa en los que el Instituto Fraunhofer no tenga ninguna sede? En Portugal tiene dos).
Las reglas de juego no están escritas, nos toca reinventarnos, algunos países lo han hecho de manera sorprendente. La era digital está cambiando masivamente las dinámicas de precios, salarios y costes. Habrá perdedores y ganadores, según cómo tratemos a nuestros jóvenes emprendedores en el próximo lustro, perderemos o ganaremos.