Nadie proclama sus diferencias respecto a otro para salir peor parado
Si por un momento se paran a pensar a cuántos políticos de distintos partidos se les llena la boca con el discurso de la igualdad o el progreso, tendrán para un rato. No entran aquí los partidos nacionalistas, cuyo discurso se fundamenta en la diferencia ya que su objetivo es conseguir privilegios para unos ciudadanos en detrimento de otros. Porque está claro que nadie proclama sus diferencias respecto a otro para salir peor parado, sino para reclamar un trato favorecido.
Por eso el nacionalismo (y también el regionalismo, que no es otra cosa que un nacionalismo “light”) requiere de elementos que justifiquen la diferencia entre unos ciudadanos y otros. Ya sea el lugar de origen, la lengua o la cultura, como si estos aspectos que reflejan la riqueza cultural y la pluralidad de España, justificaran la existencia de distintos derechos entre ciudadanos de un mismo país. Que una persona tenga por el hecho de haber nacido en un lugar concreto distintas oportunidades a las que tiene otra persona que ha nacido en otro lugar es lo más reaccionario que existe, a pesar de que distintos partidos que se etiquetan como de izquierdas lo consideren de lo más progresista.
Hemos llegado al extremo inexplicable de considerar progresista el levantamiento de nuevas fronteras entre ciudadanos
Lamentablemente la degeneración política durante los últimos años en España unida a los complejos e intereses electorales de los partidos, nos ha llevado al extremo inexplicable de considerar progresista el levantamiento de nuevas fronteras entre ciudadanos. Y en ese lodazal de indefinición y pérdida del norte andan metido Podemos y en menor medida aunque bastante enfangado, también el PSOE. La supuesta izquierda que se supone hace bandera de la igualdad y el internacionalismo. De risa.
¿Y qué dice la derecha a la que también se le llena la boca con el discurso de la igualdad entre españoles? Pues ahí los tienen, defendiendo a capa y espada privilegios fiscales de unos españoles respecto a otros (lo mismo que la supuesta izquierda, por cierto).
Sin ir más lejos, el Partido Popular en su último Congreso aprobó varias enmiendas presentadas desde Navarra que recogen la “necesidad de potenciar el reconocimiento de la singularidad de Navarra como parte esencial de España». Además, dejan constancia de que el PP muestra su «respeto y apoyo al Régimen foral defendido en la Constitución, a través de su disposición adicional primera que ampara los derechos históricos de los territorios forales».
Me suena de algo, ¿No son los derechos históricos aquello a lo que apelan los nacionalistas catalanes para reclamar privilegios?. ¿Y no es la “singularidad” aquello a lo que apelan los buenistas para concedérselos?. Porque así es como piensan calmar a la fiera, cediendo una vez más y otorgando más privilegios o una fiscalidad propia camuflada para Cataluña.
Pero no se preocupen porque aun nos queda Ciudadanos, que estos sí que defienden la igualdad entre españoles y vienen a regenerar todo esto. Además, siempre pondrán los principios por encima de sus intereses electorales como han demostrado, ¿no?. Pues tampoco. Mientras Albert Rivera proclamaba su férrea defensa de la igualdad y por tanto la supresión de los regímenes fiscales propios de País Vasco y Navarra, sus candidatos autonómicos en estos lugares le contradecían diciendo que esos regímenes no se tocaban, o al menos no antes de ir a unas elecciones en las que exista la posibilidad de entrar en esos parlamentos autonómicos. Cero coherencia, cero proyecto nacional y mucho oportunismo. Ahora ya después de su último Congreso Rivera se quitó la careta y quizá al menos para subsanar aquello de no tener un proyecto nacional con el mismo discurso en toda España, dio la razón a sus representantes autonómicos: “Eliminar el régimen foral no es una prioridad”, dijo preguntado por los periodistas.
No solo no está prevista la supresión del régimen foral y el concierto vasco, sino que pretenden apañar en la trastienda algo parecido para Cataluña
La prioridad para Ciudadanos y para el resto de partidos del arco parlamentario que dicen defender la igualdad es obtener el mayor número de votos posible para llegar a las instituciones. ¿Y después?. Ya se verá en función de lo que sea más popular defender. Así que no solo no está prevista la supresión del régimen foral y el concierto vasco, sino que pretenden apañar en la trastienda algo parecido para Cataluña. Y lo peor es que no habrá una voz en el Congreso que se oponga. Malos tiempos para la gente progresista de este país.