Ignacio Latierro (San Sebastián, 1943) es el último mohicano de la Librería LAGUN que, este año, cumple sus bodas de oro. Un aniversario que, por muy poco, no podrán disfrutar los otros dos socios fundadores porque José Ramón Recalde falleció el 17 de julio de 2016, a los 85 años, tras sufrir una embolia pulmonar y, su esposa, Maria Teresa Castells, el 10 de septiembre pasado, de la forma más tonta que se puede morir alguien. Mientras cenaba en un centro comercial con una amiga, se atragantó con un trozo de carne. Nadie de los que estaba en aquel momento, en aquel restaurante, pudo ayudarla, y sufrió una parada cardíaca.

La historia de la Librería LAGUN merece una crónica especial. Nació en el año 1968, en pleno tardo franquismo y, como sus tres fundadores venían del sector discrepante, sufrieron bastantes embestidas de diferentes tipos. Además, la zona donde se ubicó ha sido siempre un sector emblemático para la resistencia. La Parte Vieja donostiarra, y en especial, la Plaza de la Constitución han sido siempre un tenso campo de batalla. Lo fue durante la dictadura, durante la Transición y también en plena Democracia. No entiendo cómo aún mantiene ese nombre. El proyecto de LAGUN era el de una librería independiente, abierta al mundo y sin hacer reverencias a ningún signo político. La cultura por la cultura, sin más colorines.

El rojo que habían lucido y lucían los de LAGUN era el rojo de la igualdad universal, el de la libertad de opinión y de información, el de la evolución, el de la rebelión contra todas las imposiciones

Pero si a Franco le gustaba que el color rojillo fuera acompañado del gualda, a los comanches vascos de la transición les gustaba que todos los rojos tuvieran una cruz blanca y un aspa verde. Pero el rojo que habían lucido y lucían los de LAGUN era el rojo de la igualdad universal, el de la libertad de opinión y de información, el de la evolución, el de la rebelión contra todas las imposiciones… Y eso no podía manifestarse en territorio comanche, porque allí mandaban los totalitarios más brutos, y solo ellos ponían las leyes. Y les amonestaron varias veces con amenazas, rotura de cristales, pintadas y quema de libros. Porque alguno de aquellos salvajes, ya sabía que 451º Fahrenheit era la temperatura a la que arde un libro y, un pontxe molotov, da para muchos. Pero lo que ellos no sabían era que cuando un libro se quema, se convierte en reliquia, con un gran valor simbólico que los amigos de LAGUN adquirieron con devoción. Ocurrió lo mismo cuando los salvajes arrojaron pintura rojigualda al interior de la librería.

Pero fue el 14 de septiembre del año 2000, tras el atentado de ETA contra Recalde, cuando piensan en cerrar la librería. Ese mismo año los etarras habían asesinado al periodista José Luis López de la Calle, al socialista y ex gobernador civil de Gipuzkoa, Juan Mari Jaúregui, y a Ernest Lluch, amigo y cliente fiel de la librería. Pero a los pocos meses, LAGUN renace en el centro de San Sebastián, cerca de la Catedral de El Buen Pastor.

El 1968 es año de gran pedigrí. La Primavera de Praga, el Mayo Francés, Vietnam, asesinato de Martin Luther King y Robert F. Kennedy, The Beatles, independencia de las colonias españolas en África, las pruebas atómicas en Nevada, Apolo 8… En España las huelgas en algunas fábricas, las carreras de estudiantes ante los grises, los conciertos de Raimon por la Universidades… Y también el triunfo de Massiel en Eurovisión, con una canción que Serrat no quiso cantar en español. ¿Nació LAGUN con ese espíritu del 68? En efecto hay también un 68 español en el que, entre otras cosas, florecen librerías nuevas por toda España en un ambiente cultural que va ganando espacios de libertad en cine-clubs, teatro aficionado, conferencias, exposiciones… LAGUN nace sobre todo de la voluntad de Mª Teresa de trabajar como librera, pero también es hija de ese ambiente.

El Juicio de Burgos llevará a la cárcel a Mª Teresa por negarse a pagar la multa que se le impone por ser uno de los pocos comercios que hace la huelga convocada para el 3 de diciembre

Pero también ese año es cuando nace el euskera batua en Aránzazu y se autoriza su enseñanza pública, se produce la eclosión del arte vasco, los cantautores vascos, la cocina vasca, el cine vasco, comienza la carrera mortal del terrorismo vasco (José Pardines, Txabi Etxebarrieta, Melitón Manzanas), que lleva al Juicio de Burgos… ¿Participa LAGUN en esa movida de la kultura vascaNuestro nombre indica que algo participamos. El Juicio de Burgos llevará a la cárcel a Mª Teresa por negarse a pagar la multa que se le impone por ser uno de los pocos comercios que hace la huelga convocada para el 3 de diciembre. Pero ya desde entonces se está produciendo, en alguna medida, la fractura en la cultura vasca que arrastramos hasta nuestros días y sobre la que espero alguien escriba algún día.

El año 1966, Alianza Editorial contrata de portadista a Daniel Gil y se produce el gran invento del libro de bolsillo, que se inspira en la Colección Austral de Espasa Calpe, y la hace más popular y atractiva, con un catálogo de temas muy variado. Por esos años, el libro de bolsillo se convierte en complemento del vestuario de la gente joven, con el mismo nivel de fidelidad que ahora por el móvil.  Antes de Alianza ya existían colecciones de bolsillo, pero la Alianza de Javier Pradera, Jaime Salinas y Daniel Gil viene impregnada en la forma y en el contenido de los aires nuevos y esa es la razón de su éxito.

La gente joven del 68, hablaba de Von Daniken, Oteiza, Marcuse, Freud o Hegel cuando salía a tomarse unos vinos. Había una lista de libros de lectura obligatoria. ¿Recuerdas algunos títulos? LAGUN abrió en diciembre de 1968, pero mientras se realizaban las obras del local instalamos un tenderete con un puñado de libros entre los que destacó para quedarse para siempre Cien Años de Soledad.

 ¿Recuerdas qué títulos o autores producían alergias a la cultura franquista? Los funcionarios del Ministerio de Información y Turismo que practicaban su trabajo con indolencia lo que buscaban eran libros importados que no exhibiesen la licencia administrativa. Tuvimos un acto sancionador por exhibir El Príncipe de Maquiavelo en edición argentina sin el sello correspondiente. A los ultras que durante un tiempo asaltaron y quemaron librerías me parece que les molestaba cualquier libro, pero en particular los que les sonaban a marxistas o a recuperadores de la cultura republicana

¿Y al nacionalismo más intransigente? Todo aquello que pusiese en cuestión una visión idílica de Euskalherria. Dos títulos que recuerdo El Igualitarismo Vasco y Euskadi, dos comunidades.

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¿Cómo surgió el proyecto LAGUNFue una iniciativa de Mª Teresa que quería ser librera, que contó con todo el apoyo de José Ramón y que se fijó en mí para ayudarla.

¿Fue bien aceptado en sus comienzos? Si, encajaba con los nuevos tiempos culturales aunque supongo que hubo gente a la que no le gusto nada.

Treinta y dos años en la Parte Vieja es mucho tiempo para una época tan agitada. ¿Cuál era vuestro público? En los primeros tiempos, gente joven sobre todo, del mundo de la cultura y de lo que podríamos llamar liberalismo donostiarra, nacionalista y no nacionalista.

Nuestro inequívoco rechazo del terrorismo de ETA y la no aceptación de las pautas que impone su mundo en la Parte Vieja empieza a crearnos problemas prácticamente desde 1978

¿Y cuándo comenzaron los problemas?  Problemas ajenos a los habituales a cualquier comercio ya los tenemos en el franquismo, los más importantes, el encarcelamiento de un mes a Mª Teresa y la colocación de una bomba por parte de los Guerrilleros de Cristo Rey que destroza nuestros escaparates y ventanales de los alrededores. Luego, nuestro inequívoco rechazo del terrorismo de ETA y la no aceptación de las pautas que impone su mundo en la Parte Vieja empieza a crearnos problemas prácticamente desde 1978. Es una larga historia de pintadas, insultos, embadurnamientos con pintura, rotura de cristales y escaparates y que culmina en enero de 1997 con la quema del escaparate y de los libros que en él se exhibían.

Fuiste parlamentario del PSOE en el Gobierno Vasco del 1991 al 1998. José Ramón Recalde, que era trece años mayor que tú, fue consejero de Educación de 1988 a 1991, y de Justicia de 1991 a 1995. ¿Crees que vuestra actividad política pudo influir en los ataques a la librería? Seguro, pero lo fundamental era que estábamos en “su” Parte Vieja, desprotegidos y sin comulgar, o más bien, molestos para sus objetivos.

Creo recordar que cuando atentaron contra José Ramón Recalde, Basta Ya había convocado una concentración en la Plaza de Guipúzcoa, como repulsa a un atentado que se había producido. Isa Castells, hermana de María Teresa, y Josemi, su marido, que estaban allí, recibieron la noticia y aquella concentración se dirigió a la Calle San Martín y se encontró frente a otra de HB, que protestaba por alguna de sus cosas. La ertzaintza se puso en medio sin saber qué hacer, consultando a los mandos, que tampoco sabían nada. Estuvimos un buen rato hasta que, poco a poco, la gente de ambos bandos se fue yendo a sus casas. ¿Cómo recuerdas aquél día? La noche del atentado, Rosa (que ya para entonces era también parte esencial de LAGUN) y yo estábamos de vacaciones de Sanabria. Nos enteramos por el telediario y el viaje de vuelta hasta el hospital de Donosti fue de los momentos peores de mi vida, recordando, además, que ese mismo año ETA había asesinado, además de a otra gente cercana, a mis amigos Jose Luis Lopez de la Calle y Juan Mari Jauregui. No viví en persona la escena que cuentas, porque esa tarde estuvimos acompañando a Mª Teresa en casa de un hermano.

La reacción de nuestros amigos y clientes fue decisiva para la continuidad

Ese año 2000 perdiste a dos amigos asesinados por ETA, y en diciembre, el Parlamento Europeo, concedía a Basta Ya el Premio Sájarov ¿pensaste que LAGUN terminaba su historia?  Sí, también lo había pensado cuando los reiterados ataques de las navidades de 1996 pero, en ambos casos la reacción de nuestros amigos y clientes fue decisiva para la continuidad. En 1997 porque acudieron en masa a comprar libros pintados, libros con cristales, cristales con pintura, lo que fuera… Fue una avalancha, nunca había habido tanta gente en LAGUN. Y en el 2000 porque esas mismas gentes se conjuraron para financiar la compra de un local en un sitio más seguro.

Tres años más tarde, el 8 de febrero, ETA asesinaba a Joseba Pagazaurtundua. Al día siguiente se produjo una imagen que, para mí, es una de las más impactantes de la historia de Basta Ya: En una plaza de Andoain, desierta, unas cien personas, venidas de fuera, concentradas en silencio y, en medio, una pequeña plataforma con Maite Pagazaurtundua, rota por el dolor y, a cada lado de ella, Rosa Díez y tú abrazándola. Lo único que se escuchaba era, el Himno de la Guardia Civil y la música de Suburbano, con Imanol cantando Adiós a las penas de abril. Qué momentos, ¿no? Tremendos, como tantos que hemos vivido imposibles de olvidar.

¿Cómo fue el cambio de LAGUN de la Parte Vieja al Centro?  Tras el intento de asesinato de Jose Ramón, era imposible seguir en la Parte Vieja. Nadie nos garantizaba la seguridad. Pero un grupo de gentes empezaron a moverse con la intención de financiar la compra de un local en una zona más segura y con la ayuda de muchos, lo consiguieron. Estábamos alejados de la zona peligrosa y rodeados de toda una nube de escoltas.

 ¿También ahí habéis tenido amenazas? Tuvimos una pintada siniestra amenazando de muerte a José Ramón, tan solo.

La Carta es un testimonio imprescindible que en su día no tuvo el eco que merecía porque la sociedad vasca en su conjunto estaba amordazada

El pasado 1 de febrero, Fernando Aramburu ha ganado el Premio Don Quijote de Periodismo, por un artículo publicado en El Mundo, el 30 de julio pasado, titulado Estamos hechos de palabras. ¿Qué opinas del artículo que Fernando le dedicó a Raúl Guerra, el 21 de enero, definiéndole como un resistente? Raúl es un resistente y fue un adelantado. Su novela La Carta es un testimonio imprescindible que en su día no tuvo el eco que merecía porque la sociedad vasca en su conjunto estaba amordazada.

Con el auge de las ikastolas aparecen, primero, los libros de texto en euskera, luego las traducciones de libros al euskera, más tarde las publicaciones de cuentos, narrativa diversa y poesía en euskera, además de diferentes materiales de apoyo para las ikastolas, los discos de música vasca… Todo ello subvencionado por el Gobierno Vasco; creado, editado y distribuido por empresas del País Vasco, y promocionado por las radios y la televisión autonómicas, y la Feria de Durango, también subvencionada por todos los vascos… ¿No se juega en este negocio con mucha ventaja? Nunca hemos competido en ese territorio.

Hace unos días, se conocía que, la biblioteca digital eLiburutegia, de la Consejería de Cultura del Gobierno Vasco, cuenta con 22.250 lectores y que el año 2017,prestaron 45.000 libros. Eso supone como a dos libros por lector al año. ¿Cuántos libros lee, al año, Ignacio Latierro?  Entre 40 y 60.

2017 ha sido el año de Patria

En esa misma biblioteca, los autores más prestados durante el año pasado han sido, por este orden: Kirmen Uribe, Fernando Aramburu, Karmele Jaio, Dolores Redondo, Alberto Ladrón Arana, Ken Follett, Laura Norton, Yubal Noah Harari, Opal Carew y Almudena Grandes. ¿Cuáles han sido los autores más solicitados en LAGUN, el año pasado?  2017 ha sido el año de Patria

Con el tiempo que la gente dedica ahora a viajar, a socializar, a consultar el móvil, a leer la prensa digital, los e-books, las series de televisión, las tertulias políticas… ¿Crees que queda tiempo para leer algo sobre papel? Quizás es que vivo en el pasado, pero no me imagino leyendo una gran novela más que en papel.

Hace poco, viendo una exposición de pintura, oí un comentario de una señora que me hizo pensar en el final de una época. Comentaba que, como nadie quiere quitar el polvo de las estanterías, ni de los demás trastos de adorno, ha surgido el minimal, y que ya nadie tiene en su casa ni libros, ni cuadros, ni antigüedades, ni ningún tipo de adorno. ¿No es triste?  Quizás sea un signo de los tiempos, pero yo ya soy muy mayor para juzgarlos.

Sin María Teresa, sin José Ramón, con tu mujer Rosa y tú ya jubilados… ¿Cómo es la tercera fase de LAGUN?  Resistir, ¿no?

      

 Fotografías: Josemari Alemán Amundarain