Lineas rojas - Cristina Villar

Dudo de las personas que apoyan todas y cada una de las medidas que propone o hace el partido en el que depositó su confianza; dudo aún más de aquellas que en ese empeño, pretenden justificar lo injustificable, y ya elevaría a la categoría de pena y de degradación democrática la cada vez más extendida práctica de no combatir algo con argumentos, sino con el tú más.

Todos los gobiernos tienen sus luces y sus sombras. Estaremos de acuerdo en que alguien que llega a Presidente del Gobierno por vocación, no solo tendrá el mayor de los orgullos y los honores como servidor público, sino que ante todo tendrá una enorme responsabilidad y una dura labor que nadie le pondrá fácil, y muchos, ni la agradezcan. Soy consciente de las renuncias que suponen esos niveles de élite política, y también de las injusticias y ataques con los que seguro día a día tendrán que tragar. Ahora bien, agradeciendo todo esto, me parece que hay algunas cosas imprescindibles que no deben de faltar en un Presidente del Gobierno: la altura de Estado, la lealtad a la Constitución y lo que representa, y el no olvidar nunca que ha de gobernar tanto para aquellos que depositaron en él su confianza como para los que no. Se debe a todos los españoles.

Es por ello que el balance de los 10 meses que ha dejado atrás Pedro Sánchez lo resumiría en miedo. Ellos hablan mucho con el eslogan de ni un paso atrás. Pues ese es mi miedo, el de retroceder en los avances democráticos que tanto nos costaron y que trajeron una de las mejores épocas de prosperidad para el país. Durante su mandato, he visto tambalear los cimientos de nuestro régimen constitucional del 78, he visto traspasar líneas rojas que hasta ahora no habíamos visto traspasar, y sobre todo, ha sido esa capacidad, día tras día, de hacer bueno a lo que no era tan bueno. Sin embargo, y de ahí viene el miedo, es que ha dado indicios de que esto es solo el principio.

No pongo en duda de que Sánchez se convirtió en presidente de modo legítimo

No pongo en duda de que Sánchez se convirtió en presidente de modo legítimo, pero sí pongo muy en duda que esa legitimidad le haya acompañado en su manera de gobernar. Llegó de redentor de la corrupción sin ninguna autocrítica a su partido, (partido también enfangado en tantos casos de corrupción de distinto tipo); del mismo modo, llegó de redentor democrático cuando tenemos que desdoblarle en dos personas si queremos justificar que hace lo contrario a lo que decía.

En la línea de muchos de sus predecesores, ha continuado degradando algunos de los mecanismos democráticos que recoge nuestro Estado de Derecho (y que en su día criticaba), como el uso y abuso del Real Decreto Ley (RDL), lo que implica saltarse el debate y las enmiendas parlamentarias. Ha abusado también de los dedazos, algunos también al margen de la ley (muchos carecen de la experiencia que sería un requisito legal). Ha abusado de los medios públicos declarando secreto su gasto o asegurando a su mujer un cómodo y bien remunerado puesto de trabajo. No ha dado la cara, acostumbrándonos a la falta de comparecencias públicas con preguntas dirigidas, ni siquiera en campaña electoral. Ha degradado organismos públicos como el CIS, ha utilizado la página de Moncloa para mentir sobre su tesis, al igual que ha utilizado cuentas oficiales de Twitter para hacer campaña (con el correspondiente aviso de la Junta Electoral), y ha hundido y politizado aún más una RTVE ya débil y endeudada (usando evidentemente un RDL para ello).

no solo es que haya batido todos los récords en promulgación de RDL por tiempo gobernado, sino que también se caracteriza por llenarlos de chapuzas

En la misma línea, no solo es que haya batido todos los récords en promulgación de RDL por tiempo gobernado, sino que también se caracteriza por llenarlos de chapuzas legislativas que luego ha tenido que remendar (tema Franco, paralización del subsidio a parados de más de 52 años, modificación del decreto de hipotecas por no tener en cuenta a las cajas rurales, etc.). Su equipo ha jugado con el indulto como arma para conseguir votos, incluso antes de las sentencias. Han presentado presupuestos con burdas trampas como considerar la recaudación del IVA en 13 meses cuando solo hay 12, y desde luego, no han sido capaces de explicar un plan económico serio donde nos detallen en profundidad realmente cómo quieren conseguir el dinero y por qué opinan que la economía mejorará aumentando el gasto, sin empezar antes con mejorar la gestión, y sobre todo, hacen la vista gorda a cómo van a combatir los signos de recesión que están empezando a aparecer de nuevo.

Pero no es que solo haya seguido degradando nuestra democracia (no es que el listón estuviera alto), sino que lo ha hecho en un grado mejorado y traspasando muchas líneas que probablemente nunca se tuvieron que traspasar. De este modo, hemos asistido a que por primera vez se ha cambiado el Código Penal mediante un RDL; hemos asistido a la presión a la Abogacía del Estado para que retirara el cargo de Rebelión, y su posterior purga al negarse a hacerlo; hemos asistido a la falta de fondos de la UCO (principal unidad de investigación de la Guardia Civil, que hace un trabajo impecable y que había abierto una serie de investigaciones al PSOE, como la trama de financiación ilegal valenciana) y a la destitución de su coronel jefe por una supuesta “pérdida de confianza” sin más explicaciones. Ningún gobierno antes había llevado la convalidación de los RDL a la mesa permanente del Congreso, más aún tratándose de medidas electorales con un elevado coste sin presupuesto asociado (es decir, endeudándonos más).

Otro tema grave fue el querer anular una función democrática del Senado, que no deja de representar territorialmente a los españoles, de cualquier modo a cualquier precio con el único objetivo de poder aprobar unos presupuestos, terminando la cosa de un modo hasta mezquino, con una enmienda a última hora en una ley sobre violencia de género (dando a entender lo que realmente le importa ésta). También nos ha salpicado con indicios de censura, como el hacer que la cuenta oficial de Salvamento Marítimo dejara de informar de cuántos migrantes llegaban en pateras, en teoría, por una “revisión en la estrategia de comunicación”. Han propuesto reformar el artículo 49 de la Constitución, diciendo que “se atenderán particularmente las necesidades específicas de las mujeres y niñas con discapacidad”; sí, en la Constitución, donde todos somos iguales. Propusieron la figura de relator, aunque rectificaran, y han humillado a policías y guardias civiles retirando el recurso de inconstitucionalidad y aprobando la Ley de Abusos Policiales en el Parlamento Vasco.

Quiero pensar que algunas de estas cosas “solo” las han hecho como moneda de cambio a sus compañeros de viaje para que le mantengan en el poder; compañeros algunos con los que decía en su día que no pactaría. Pero alguien que lleva el talante de luchar por la igualdad, no puede permitir que la diferencia entre ciudadanos de primera y de segunda se acentúe, no puede permitir que el fin justifique los medios, no puede permitir ni siquiera bordear los límites constitucionales, y tiene que tener una actitud firme e implacable con aquellos que quieren romper el país. Ellos nos representan a todos, y antes que cualquier medida tienen que defender cada ataque a nuestro Estado de Derecho, actuar con contundencia y dejar claro que el marco legal, aún con sus deficiencias, es lo único que nos protege y nos hace avanzar. Ante esto, no se puede ni mirar para otro lado ni tender manos; no se puede ni justificar ni mucho menos apoyar. Hay cosas que no están en venta, y un presidente del gobierno, aunque se llame Pedro Sánchez, no puede ponerle precio.

no extraña que éste haya sido el gobierno de la prisa, la chapuza y el chantaje

Ya se intuía que en este gobierno la cosa iba a ir más de actos superficiales y vendibles que de análisis y reformas profundas cuando en la toma de posesión se inventaron lo de “Consejo de Ministras y Ministros” apartándose de la fórmula oficial de Zarzuela, pero me resisto a terminar esta reflexión sin pensar que todo lo expuesto, aunque me duela, no me puede pillar por sorpresa. Así, la primera decepción que tuve con Pedro Sánchez antes de saber mucho de él, fue con la historia de la famosa Valeria, en la que luego le pillaron cambiando de versión y nombre, y que me parece que define a la perfección lo que aún hoy, es capaz de hacer este señor. Alguien capaz de inventarse una historia de drama humano y quererla hacer pasar como real con el único propósito de tocar el corazón de la gente y ganar votos, es un alguien al que solo le mueve su falta de escrúpulos para conseguir un objetivo. Por ello, no extraña que éste haya sido el gobierno de la prisa, la chapuza y el chantaje, que le haya bastado menos de un año para ser el gobierno capaz de traspasar tantas líneas rojas por la pura ambición de poder, sin que la gente se dé cuenta de que detrás de esas líneas rojas, está nuestra estabilidad democrática.

Y es precisamente la estabilidad de nuestro sistema constitucional del 78, lo principal que nos jugamos el 28 de abril.