La gran desilusion - Julio Lleonart

Dice la RAE que Gris tiene estas acepciones “adj. Dicho de un color: Semejante al de la ceniza o el acero, y que resulta de mezclar el blanco y el negro” o “adj. Carente de atractivo o singularidad”. Si atendemos a este tipo de definición, la verdad es que gris no es un buen adjetivo con el que calificar algo… Pero sin embargo, cuando hablamos de un mundo de blancos o negros, queriendo referirnos a que muchas opiniones en esta sociedad son de extremos, de “estás conmigo o contra mí”, de unos o de otros, de izquierda o de derechas, de una trinchera o de otra. Hablar de grises es hablar de la zona en la que se encuentran aquellas ideas que no pertenecen a bandos, que se plantean todo lo preconcebido, que no aceptan dogmas, que dudan de todo, que huyen de las etiquetas clásicas o, si mucho me apuráis, de las etiquetas en sí mismas.

Definiría “La Gran Desilusión” de Javi Gómez como un libro gris… Un GRAN libro GRIS

Bien pues, yo definiría “La Gran Desilusión” de Javi Gómez como un libro gris… Un GRAN libro GRIS. Un libro de grises, de matices, de dudas, de provocaciones, que desafía todo concepto preestablecido. Un libro del que se sale teniendo pocas certezas, un libro raro, que más que aclararte el por qué pasan las cosas, te enfrenta al espejo de tus propias contradicciones y te dice “tranquilo, no estás sólo, yo tampoco tengo ni puta idea de por qué estamos como estamos, pero saldremos de esta”.

En la presentación del libro en la librería “Tipos Infames”  en pleno barrio malasañero de Madrid, la editora de Círculo de Tiza, Eva Serrano, dijo que contactó con Javi Gómez tras haber leído artículos suyos publicados en la revista de El Mundo, Papel (que concibió, creó y dirigió), en el propio periódico El Mundo, en la revista Jot Down, en el periódico La Razón y su suplemento Caballo Verde o el ABC… y el periodista Quique Peinado apuntó que dado que Javi es un tío raro y complicado, en lugar de hacer un recopilatorio de esos artículos, escribió un libro intentando explicar qué germen o idea primigenia y holística había dado lugar a aquellos artículos a priori deslavazados ¿Para qué hacer las cosas sencillas si puedes complicarte la vida por el camino?

Se enfrenta a una premisa que creo podemos compartir todos: En algún momento las expectativas de futuro nos han defraudado cuando no, jodido la vida

Este libro, prologado por Carlos Alsina, y solapeado por Quique Peinado, Ana Pastor, Juan Soto Ivars o Ignacio Vidal-Folch… se enfrenta a una premisa que creo podemos compartir todos: En algún momento las expectativas de futuro nos han defraudado cuando no, jodido la vida. Se nos vendió un futuro maravilloso, lleno de políticas responsables y políticos que piensan en todos, una economía boyante que nos iba a permitir ser ricos trabajando (cof cof), que el periodismo nos contaría historias veraces, llegando al fondo del asunto y siendo responsables sin vivir del tráfico o del negocio, o que la libertad de expresión nos permitiría decir cualquier cosa sin consecuencias… Incluso que la tecnología nos iba a llevar a un mundo superguay donde íbamos a poder hacer de todo desde nuestros terminales móviles, sin que esto nos convirtiera en seres inadaptados socialmente que insultamos desde el falso anonimato de nuestras pantallas de cristal negro…

Pero lejos de empezar a echar culpas a diestro y siniestro, el libro nos agarra de la solapa, o en ausencia de ella del cuello de nuestra camiseta o camisa, y nos pone a la fuerza delante de un espejo y nos enseña que aquí hemos llegado andando por nuestro propio pie… Que en gran parte somos muy responsables de lo que nos ha pasado, y que si queremos solucionarlo, tenemos que ponernos manos a la obra. Que sí, que lejos de vivir la crisis de los 40, o de los 50, o de los 30… Vivimos en una especie de crisis perenne que afecta a todos y todas por igual, y aunque no todos la enfrentamos de la misma manera, sí que podemos salir de ella, por nuestro propio pie, si es que queremos claro. Que a veces resulta más cómodo quejarse desde el sofá sin moverse demasiado.

Se trata de un libro en el que a menudo te descubres a ti mismo asintiendo con sonrisa cómplice, o haciendo aspavientos negativos con la cabeza, o incluso poniendo cara de sorpresa ante alguna de las afirmaciones que dichas en Twitter, en Facebook o en televisión -recordemos que el autor ha presentado programas de televisión o informativos en Canal Plus Francia, La Sexta y ahora Telemadrid- le valdrían ataques de los macarras de la moral políticamente correcta que intentan subyugar cualquier intento de librepensamiento. Por cierto, creo que tengo que mandarle la factura del físio al autor o a la editorial, terminé con dolor de cuello tras leerlo de casi una sentada.

Así que, si no das la vida por sentada, si tienes ideales pero no te sientes cómodo con las ideologías, si has venido a este mundo a dudar de todo y de todos aquellos que ven el mundo en blanco o negro, a tener pocas certezas… Pero sin embargo crees que el futuro es algo que todavía podemos construir adecuadamente (como aquellos PA+ que nos ponían cuando íbamos al cole de pequeños) te recomiendo que te hagas y disfrutes con La Gran Desilusión de Javi Gómez.