In memoriam del profesor D. Antonio Pulido San Román, el mayor experto en innovación que tenía nuestro país.
Somos un país extraordinario con gente extraordinaria
España es el destino soñado por gran parte de los europeos del centro y norte de Europa, muchos sueñan con poder jubilarse en nuestro país. Un clima agradable, buenas infraestructuras, seguridad, playas, gastronomía saludable, alta esperanza de vida…
La red familiar de España es uno de esos valores que también nos hacen extraordinarios
Los españoles somos también gente extraordinaria, hospitalarios, poco xenófobos en comparación con nuestros vecinos europeos. Uno de los mayores retos a los que se enfrentan las sociedades actuales es la gestión de la realidad multicultural. En España se gestiona bien, no hay grandes conflictos sociales ni en las empresas, como sí los hay en Alemania, Austria o Suiza. La red familiar de España es uno de esos valores que también nos hacen extraordinarios. Esa familia que en la pasada crisis sirvió de apoyo a muchas personas que habían pedido su trabajo, abuelos que se hacen cargo de los nietos, jóvenes emancipados que vuelven a casa de sus padres porque no les llega el sueldo. En España, la familia siempre está y volverá a estar en la crisis del COVID-19. El perfil del homeless americano, que muere solo en la calle, es testimonial entre nosotros.
España lleva veinte años consecutivos siendo líder mundial en trasplantes. La clave del éxito -aparte de la profesional organización- es que son menores las negativas familiares de donar los órganos de sus seres queridos que en otros países. Somos capaces de dejar nuestro duelo al lado para ayudar a un completo desconocido. Estamos viendo ahora el ejemplo heroico de nuestros sanitarios en la lucha contra el coronavirus. ¿Cree el lector que los sanitarios alemanes -por ejemplo- habrían hecho lo mismo? Tengo la certeza personal de que no, muchos se habrían negado a trabajar, buscando cualquier apoyatura legal, si no se les provee de suficientes medios de protección.
Podría seguir poniendo ejemplos… Los españoles tenemos una visión muy crítica de nosotros mismos.
Pese a la crisis, debemos reconocer el exitoso camino andado
La pasada crisis económica (2008- 2014) nos dejó tocados, en lo económico y también en nuestra autoestima como país. Nos volcamos en la construcción, la fiebre del dinero fácil del ladrillo nos cegó y nos hemos despertado ebrios y de mala leche, con perdón. Ahora chorreamos nostalgia y furia, desde la crisis se empezó a enrarecer el clima político y social en España, los políticos se navajean habitualmente en cada esquina, los titulares de la prensa son a menudo negativos y hasta esperpénticos, se rompió el puente aéreo entre las dos grandes ciudades… Deberíamos aprender a canalizar esa energía en positivo. Los árboles quemados en la crisis no nos dejan ver el frondoso bosque que poseemos. En el periodo comprendido entre 1975 y 2014 -a pesar de los tropezones- el PIB per cápita español ha crecido a una tasa superior a la mayoría de países desarrollados. En estos cuarenta años, España ha crecido a una tasa media anual del 1,6% , frente al 1,2% de Italia, 1,5% de Alemania o el 1,3% de Francia. Nuestro PIB per cápita pasó de ser el 60% de la media de los tres países hegemónicos de Europa (Francia, Gran Bretaña y Alemania) a ser el 80%. La transformación de España desde 1975 ha sido formidable en lo económico y en lo político. Modernización, europeización y democratización, aspiraciones colectivas de sucesivas generaciones de españoles se lograron plenamente. Un exitoso camino del que debemos estar orgullosos.
La Innovación, nuestro desafío pendiente
La burocracia también aparece repetidamente en los informes del Word Economic Forum como el segundo problema de la empresa española
Hace dos años, escribí -en este mismo medio- un artículo en el dibujaba con gráficos el retraso español en innovación. Nuestro gasto en I+D sobre el PIB es la mitad del de la UE 28; y aún es superior la distancia con estos países en el gasto empresarial, que resulta en España particularmente reducido, siendo clave en la mejora de la innovación. También apunté en el artículo a las causas de ese retraso innovador, que no están sólo en el menor gasto en I+D sino también en las trabas burocráticas que impiden crecer a las empresas (la llamada “maldición del empleado cincuenta” y otras), cuanto mayor es una empresa más invierte en innovación. La burocracia también aparece repetidamente en los informes del Word Economic Forum como el segundo problema de la empresa española (el primero es el acceso a la financiación), una burocracia que tiene un sobrecoste del 3% del PIB según el Banco Mundial o del 4,7% según la Comisión Europea. Un coste evitable, que equivale a la mitad de lo que gastamos en educación o al presupuesto anual de la Comunidad de Andalucía, por ejemplo.
España tiene un gasto en I+D sobre el PIB inferior al de Portugal y muy inferior al de países de menor renta per cápita como la República Checa o Eslovenia
España, no sólo está lejos de la media europea en innovación o muy lejos de los países avanzados como Alemania, Francia o Gran Bretaña, sino que tiene un gasto en I+D sobre el PIB inferior al de Portugal y muy inferior al de países de menor renta per cápita como la República Checa o Eslovenia. Tenemos que apostar por la educación, la innovación, la digitalización y la internacionalización. Muchas profesiones se tienen que reinventar y otras nuevas están apareciendo. Se estima que más del 47% de los trabajadores estadounidenses están en riesgo de perder sus empleos en los próximos veinte años debido a la revolución de la internet industrial, la combinación de automatización, robotización y digitalización del trabajo.
Israel, de las naranjas al Nasdaq
En 1965, Israel era un país que exportaba bienes de baja intensidad tecnológica y productos agrícolas poco transformados, ambas rúbricas sumaban el 77% del valor de las exportaciones israelíes. En 2013, la situación dio un giro completo: las exportaciones agrícolas eran el 3% del total, los bienes de baja intensidad tecnológica el 19% y el 70% fue alta tecnología. Israel se ha convertido en un país de referencia en materia tecnológica: biotecnología, ciberseguridad, nubes de datos, inteligencia artificial…
Israel -con sólo ocho millones de habitantes- tiene casi el triple de empresas en el Nasdaq que toda la Unión Europea.
Tel Aviv es la ciudad más emprendedora del mundo, con la densidad de empresas del tipo startup y venture capital (capital riesgo) por habitante mayor del mundo, por encima de Palo Alto y Boston. Estados Unidos tiene 374 empresas que cotizan en el Nasdaq (índice neoyorquino en el que cotizan las mayores empresas mundiales de alta tecnología), China tiene 31 empresas, la Unión Europea tiene 11 empresas e Israel tiene 25 empresas. Israel -con sólo ocho millones de habitantes- tiene casi el triple de empresas en el Nasdaq que toda la Unión Europea.
El PIB per cápita israelí, en 1980 era parecido al español (unos 6.000 dólares para ambos países). Ya en 2017 el PIB per cápita de Israel superaba al de España en un 40% (40.000 dólares el de los israelíes frente a 28.000 del nuestro). Israel lo ha hecho de forma paradigmáticamente excepcional, desde los años noventa los israelíes pisaron el acelerador de la innovación: el gasto en I+D medio sobre el PIB desde 1996 ha sido del 3,93% (en 2017 ya alcanzó el 4,58%). Esto representa sobre el PIB, el doble del de lo que invierte Alemania y cuatro veces lo que invierte España. Una apuesta que Israel mantuvo durante 25 años y que ha dado excepcionales frutos.
¿Por qué empieza Israel en la década de los ochenta a invertir masivamente en I+D? La respuesta es: porque a los israelíes no les quedaba otra.
¿Por qué empieza Israel en la década de los ochenta a invertir masivamente en I+D? La respuesta es: porque a los israelíes no les quedaba otra. El cuadro macroeconómico de Israel en los ochenta era aterrador: la inflación se incrementaba más del 100% anual desde 1980 (llegado a ser el 400% en 1984), la deuda pública alcanza el 160% del PIB, el gasto público – en un escenario de altos tipos- se dedicaba en gran parte a atender los gastos financieros de la deuda. Hubo el convencimiento de que del hoyo no se podía salir exportando cítricos, aceite o puliendo diamantes. Comenzaron a invertir en I+D, poniendo un dinero que no tenían y pasaron de las naranjas al Nasdaq en menos de tres décadas. El Technion, una pequeña escuela de ingenieros inspirada por Einstein en el Puerto de Haifa, simboliza este paso: se arrancaron 150 hectáreas de olivares en las faldas del Monte Carmelo para ampliar la escuela, los alumnos se multiplican por doce en seis años (de 990 estudiantes que había en 1984 pasaron a más de 11.000 en 1990). En 1998 el Technion lanzó el microsatélite «Gurwin TechSat II«, se convirtió así en una de las cinco únicas universidades del mundo que han sido capaces de diseñar, construir y lanzar un satélite. Se construyo y lanzó un satélite en el solar en el que quince años antes unos agricultores estaban vareando olivos. Los israelíes demuestran que podemos escribir nuestra historia si nos lo proponemos.
no podemos consentir una asignación ineficiente de recursos en aras de caprichos nacionalistas, y menos con la que está cayendo
El informe Flug-Strawczynski explica el milagro económico israelí (Karnit Flug y Michael Strawczynski, gobernadora y jefe de estudios actuales del Banco Central de Israel, respectivamente). En el informe se relata como, desde mucho antes de la crisis de los años ochenta, se conocía la necesidad de invertir en I+D para transformar el modelo productivo. Las reformas eran siempre frenadas por los judíos nacionalistas ortodoxos del partido Mafdal, para los que era más importante el nacionalismo que el pragmatismo económico. Cuando se funda la primera escuela de ingenieros de Israel, Albert Einstein – ya premio Nobel- recomendó establecer el alemán como idioma de la escuela para aprovechar la gran cantidad de profesores y alumnos de Centroeuropa que huían de la persecución nazi, pero la presión de los sionistas religiosos hizo establecer el hebreo como idioma, el resultado fue un profesorado mediocre y no más de 20 egresados al año. El informe Flug-Strawczynski hace referencia también al cambio de mentalidad y de orientación política que se produjo en Israel con la llegada de un millón de judíos rusos -mas abiertos y con derecho a voto-, lo que redujo la influencia política de los partidos religiosos. Esto tampoco nos es ajeno, nuestros nacionalismos periféricos tienen actitudes cuasireligiosas a veces, son también un freno al desarrollo económico como lo fueron los judíos ortodoxos en Israel, no podemos seguir perdiendo tiempo y recursos en aprender dialectos, no podemos fracturar el mercado interior con distintas regulaciones, no podemos consentir una asignación ineficiente de recursos en aras de caprichos nacionalistas, y menos con la que está cayendo. Un ejemplo -de muchos, seguro- son los presupuestos del Gobierno Vasco para 2020 (televisión autonómica 276 millones, enseñanza del euskera 276,3 millones; pero I+D total 196 millones, venture capital 5,4 millones…).
Estados Unidos e India, la importancia de aprovechar la sinergia empresarial
Durante la década de los noventa, el boom tecnológico en Estados Unidos atrajo talento del mundo entero, y en particular de algunos países emergentes como India. En 1990 -según la decana de Berkeley AnnaLee Saxenian – trabajaban en la Bahía de San Francisco unos 28.000 ingenieros, de los que un tercio eran extranjeros y la cuarta parte del total eran indios. Diez años más tarde (año 2000) eran ya unos 200.000 ingenieros los que trabajaban en el área de San Francisco. El 60% de los ingenieros del Indian Institute of Technology habían emigrado a California. El potente sistema educativo americano nunca habría podido poner en el mercado de trabajo 170.000 ingenieros en tan corto espacio de tiempo, el desarrollo de las empresas vinculadas a internet no habría sido posible en Estados Unidos sin la captación de capital humano extranjero. Antes del estallido de la burbuja puntocom en 2001, un total de 774 de las 11.443 empresas tecnológicas creadas desde 1980 tenían un consejero delegado indio. Entre 1995 y 2005, el 15% de las startups de Silicon Valley fueron creadas por indios. Empresas como Qualcomm o Lucent Technology Labs están dirigidas por indios, los padres de innovaciones como el ethernet, la fibra óptica o el chip Pentium han sido indios. Muchos de estos ingenieros indios volvieron a la India o crearon vínculos con empresas de su país de origen. En el año 2000, diez de las veinte principales empresas indias de software habían sido impulsadas por indios regresados de California. Las empresas de capital riesgo californianas también se asentaron en India de la mano de retornados indios, como DG Ventures o la emblemática Sequoia Capital. La primera empresa de internet india de consumo que salió a bolsa (Nauri.com), fue fundada por el fondo de capital riesgo californiano Kleiner Perkins. La versión india de Expedia (Trip.com) también fue financiada por otro fondo californiano: Sierra Ventures… la lista es interminable.
No debemos llorar por la fuga de cerebros en España, es mejor que los jóvenes titulados emigren y trabajen para compañías extranjeras que estén realizando en España trabajos por debajo de su cualificación. España tiene ya una diáspora significativa de titulados en el extranjero, fomentemos redes de contactos con ellos, es como tener embajadores en las empresas tecnológicas de todo el mundo. El magnate indio Kanwall Renkhi, que había hecho fortuna en las nuevas tecnologías y se ha convertido en un “venture capitalista”, ha creado una red de contactos entre las empresas indias y los emigrados indios en Estados Unidos (The Hindus Entrepreneurs).
España y Corea del Sur, dos salidas diferentes a sus crisis inmobiliarias
España y Corea del Sur son dos países con muchas similitudes. Tenemos aproximadamente la misma población, parecido PIB, no tenemos petróleo ni materias primas y estamos geográficamente cerca de grandes mercados. También nuestra historia y la de los coreanos del Sur presenta similitudes: una tremenda guerra (la Guerra de Corea, diez años después de nuestra Guerra Civil) y una profunda crisis inmobiliaria (la de ellos, diez años antes que nuestra crisis del ladrillo).
La historia económica de Corea del Sur es una historia de éxito y -como en el caso de Israel- se apoya en la apuesta decidida y continuada por la I+D, incluso en el periodo de su crisis inmobiliaria
En 1980, el PIB de Corea del Sur por habitante era la tercera parte del español y en 2014 ya nos superó. La historia económica de Corea del Sur es una historia de éxito y -como en el caso de Israel- se apoya en la apuesta decidida y continuada por la I+D, incluso en el periodo de su crisis inmobiliaria (1998-2003).Por el contrario, nuestro escaso apoyo a la I+D decayó abruptamente en la crisis y lo poco que invertíamos no lo hemos recuperado aún. Samsung nació a finales de los años treinta del siglo pasado, como empresa de exportación agrícola, nada que ver con la electrónica. Corea, era en los años treinta un país de campesinos y pescadores, como también lo era España. A partir de la década de los ochenta, los surcoreanos apostaron por la I+D y por la educación de determinadas carreras: ciencias y tecnología. Mientras en Europa, sólo el 17% de los universitarios estudian esas carreras, en Corea del Sur lo hacen el 29%.
Corea del Sur se agarró a la I+D como su tabla de salvación, en los cinco años de su crisis inmobiliaria incrementó la inversión en I+D el 50% (pasando de 16.000 millones de dólares anuales a más de 25.000 millones). En nuestra crisis inmobiliaria, nosotros rebajamos la inversión en I+D (de 15.000 a 13.000 millones). En el año 2000, el PIB per cápita de los coreanos era inferior al español (12.000 dólares por surcoreano frente a 14.000 dólares por español). Fue su crisis inmobiliaria la que les impulsó a apostar decididamente por la innovación y en dos décadas nos superaron en PIB pc y se colocaron en la vanguardia tecnológica mundial. En 2017, Corea del Sur ya invirtió en I+D casi 50.000 millones de dólares, frente a los 13.000 millones que invirtió España. Sólo Samsung invierte tanto como toda España en I+D. El círculo virtuoso -como en el caso de Israel- está ya en marcha. Según cálculos del banco Citigroup, Corea del Sur será en 2030 una de las diez economías más prósperas del planeta, con un PIB per cápita de 89.000 dólares; en 2014 ya habrá superado a Estados Unidos, con un PIB per cápita de 145.000 dólares frente a los 135.000 dólares de los americanos. En 2040, los surcoreanos vivirán en uno de los cinco países más prósperos del mundo, según el citado banco.
Como conclusión y deseo
El COVID-19 va dejar en España un destrozo económico tremendo, pero no vamos a llegar -ni de lejos- a la desastrosa situación que tenía Israel en 1986 (deuda pública del 160%, inflación acumulada de los cinco años anteriores del 900%,…). Fue la crisis, el revulsivo que obligó a los israelíes lanzarse a invertir en I+D como tabla de salvación. En una década, redujeron su deuda a la mitad, pusieron en orden las variables macroeconómicas; y en tres décadas lograron sentarse en el top tecnológico mundial, con un PIB por habitante que supera al de España en un 40% y una tasa de paro del 4%. Corea del Sur partía -en los ochenta- de una situación económica no tan mala como la de Israel, pero tuvo que desmontar una serie de fuertes redes clientelares, que se habían tejido bajo la dictadura de Park Chung-hee (en el poder hasta 1979) y que lastraban su economía. “Desmontar redes clientelares”, otro de los deberes pendientes de nuestra economía. Sobre el clientelismo empresarial escribí también un artículo en este medio.
También de la experiencia india podemos extraer que es importante establecer redes de contactos con los titulados que emigraron de España en la pasada crisis, muchos de ellos trabajan en empresas tecnológicas e incluso algunos ocupan ya puestos directivos en importantes empresas mundiales. Estas sinergias darían gran impulso a la estrategia tecnológica y de internacionalización de España, como sucedió en la India en la época de boom tecnológico americano de los años noventa.
Habrá que buscar partidas de gasto ocioso, por ejemplo: las prescindibles diputaciones provinciales, que nos cuestan casi 6.000 millones al año, que es tanto como toda nuestra inversión pública en I+D
A pesar de las maltrechas cuentas públicas que dejará el coronavirus, podemos colocar la inversión en I+D en un 4% de nuestro PIB, como hicieron israelíes y surcoreanos. Supone incrementar el gasto actual en Innovación en unos 25.000 millones. Habrá que buscar partidas de gasto ocioso, por ejemplo: las prescindibles diputaciones provinciales, que nos cuestan casi 6.000 millones al año, que es tanto como toda nuestra inversión pública en I+D. Habrá que examinar las inversiones de todas las administraciones, a través de retomar la Agencia Estatal de Políticas Públicas -que existe en todos los países avanzados-, creada por el Gobierno Zapatero en 2007 y suprimida por el de Rajoy en 2017. Habrá que luchar contra la corrupción decididamente, contra el clientelismo -que no es más que una forma de corrupción- (por ejemplo, la exagerada remuneración reciben las eléctricas a través de algunos costes regulados, de esto también escribí un artículo en este medio). Hay que mirar con lupa dónde se despilfarran o desvían recursos, hay que ser implacables. Hay que encontrar esos 25.000 millones anuales más que necesitamos para invertir en innovación durante -al menos- una década.
Los expertos profetizan que el COVID-19 tendrá consecuencias apocalípticas para nuestra economía. Curiosamente, la palabra “apocalipsis” viene del griego apokálypsis, que significa “revelación” y también “quitarse la venda de los ojos”. Ahora es el momento de hacer de la necesidad virtud, de quitarnos la venda de los ojos y de reinventarnos.
An Overview of Indian Economy (1991-2013). Namrata Anand
Persistent Growth Episodes and Macroeconomic Policy Performance in Israel
Manufacturing Revolutions: Industrial Policy and Industrialization in South Korea
Israel Studies An Anthology : Israel’s Economy: 1986-2008