Que “la luz es tan cara por las subvenciones a las renovables” no es cierto, pero se lee en las redes y se escucha en la calle. Incluso periodistas y economistas, a los que se les supone bien informados, escriben artículos dando por cierta esa falsa afirmación. La realidad es que las subvenciones a las renovables representan el 18% del recibo de la luz – cantidad alta -, pero las renovables suministraron el 33,7% de la electricidad que consumió España en 2017, ahorraron 33.000 millones de euros en importaciones de combustibles fósiles y evitaron pagos por emisiones de CO2. Además de ser imprescindibles para luchar contra el cambio climático.
Costes de producción de la electricidad
Todos los kwh se pagan al precio más alto de la subasta en el mercado mayorista: 6 céntimos por kwh se pagó de media en 2.017
¿Cúanto cuesta producir un kilovatio-hora (kwh)? Depende de la tecnología empleada. Si es hidroeléctrica del orden de 0,3 céntimos, si es nuclear 1,8 céntimos, si es con carbón 5 céntimos, si es por gas natural (centrales de ciclo combinado) 6 céntimos el kilovatio-hora. Y ¿cúanto cuesta producir un kwh si es producido por la eólica y fotovoltaica? Estas dos tecnologías ofertan en el mercado mayorista español a menos de 0,1 céntimo/kwh porque tienen costes variables muy bajos. Si se repercutiese en cada kwh la parte correspondiente a la amortización de las inversiones, el kwh fotovoltaico costaría 13 céntimos, el eólico terrestre 7 céntimos y el eólico marino 18 céntimos, según datos de la Agencia Internacional de la Energía Renovable. En el mercado mayorista, la nuclear y la hidroeléctrica pueden ofertar su electricidad a precios bajos porque tienen sus instalaciones ya amortizadas. La eólica y fotovoltaica ofertan a precios aún más bajos porque el consumidor paga las inversiones de estas instalaciones en las primas a las renovables. En cualquier caso todos los kwh se pagan al precio más alto de la subasta en el mercado mayorista: 6 céntimos por kwh se pagó de media en 2.017.
Si no existiesen las primas a las renovables, y tuviesen que repercutir la amortización de sus instalaciones en el precio de la electricidad, la eólica y fotovoltaica no podrían competir en el mercado mayorista tal y como está conformado, esto es una realidad.
Lo anterior no implica que las renovables encarezcan siempre el recibo de la luz por las primas. Las grandes reducciones del precio del recibo se han producido a veces cuando la eólica -por razones meteorológicas- tuvo gran cuota en el consumo. Por otra parte, el carbón ha estado siempre subvencionado en España y los residuos nucleares suponen grandes costes que se repercuten sólo parcialmente en el recibo de la luz, y que las aportaciones de las nucleares no cubren. ENRESA (la empresa pública de gestión de residuos radiactivos) ha hecho público que su actual financiación es insuficiente y requiere 3.000 millones adicionales para afrontar las inversiones de la próxima década (entre ellas estaba el depósito para residuos nucleares de alta actividad de Villar de Cañas, que ya no va a construirse). Un estudio de la Universidad Carlos III, realizado por la profesora Natalia Fabra, demuestra que incluyendo todos los costes del carbón, la sustitución de las centrales térmicas de carbón por renovables abarataría el precio de la luz. Lo que nos va a costar finalmente la electricidad de origen nuclear -por el almacenamiento de residuos- es aún un misterio. Si se construyeran nuevas centrales nucleares, la electricidad que generarían tendría un precio más alto que el de las ya amortizadas instalaciones en funcionamiento, porque repercutirían en la energía los costes de esas nuevas inversiones.
Podemos entretenernos en discutir si las eléctricas están o no sobreremuneradas en el mercado mayorista, pero lo cierto es que reciben 6 céntimos/kwh y los ciudadanos pagamos 20 céntimos/kwh en el recibo de la luz. Una gran diferencia, cuyas causas explico seguidamente.
El precio que pagan los ciudadanos por la electricidad
El kwh sale del mercado mayorista a un precio de 6 céntimos como hemos dicho, después se añaden peajes de acceso y pagos regulados que hacen que el consumidor acabe pagando 20 céntimos por kwh en su recibo
Para el desglose del recibo de la luz de 2017, he usado los datos de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) y de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). El kwh sale del mercado mayorista a un precio de 6 céntimos como hemos dicho, después se añaden peajes de acceso y pagos regulados que hacen que el consumidor acabe pagando 20 céntimos por kwh en su recibo. Los peajes de acceso y costes regulados han sido determinados por el Gobierno, y en la factura que pagamos los consumidores están todos incluidos: unos se refieren a la potencia que hemos contratado y otros a la energía consumida. Voy a intentar aclararlos algo, a partir de la información que ofrece la CNMV.
Pagos por Transporte (alta tensión): la electricidad no se genera donde se consume, hay que hacerla llegar al consumidor. De esto se encarga una empresa pública: Red Eléctrica Española (REE). En el año 2017 se pagaron por ese concepto 1.735 millones de euros y suele ser aproximadamente la misma cantidad todos los años. La red de alta tensión española es la de las mejores de Europa, mejor que la francesa según los expertos. El trabajo de REE es eficiente, pero el pago por transporte no debería ser el mismo todos los años, las líneas de alta tensión deben estar ya amortizadas.
En mi opinión, los pagos por distribución son uno de los mayores fraudes del sistema
La distribución: son las redes que hacen que la electricidad llegue finalmente a las casas de los consumidores. Está compuesta por: subestaciones, transformadores, redes de reparto y distribución y las acometidas de las viviendas (las derivaciones de la red de distribución hasta nuestro contador). La distribución la hacen las distintas compañías eléctricas, ya no es competencia de Red Eléctrica Española. En mi opinión, los pagos por distribución son uno de los mayores fraudes del sistema. Empezando por las acometidas, que las paga el consumidor y es la empresa eléctrica correspondiente la que se apunta la propiedad. La situación de las redes de distribución en España está -en la mayoría de las ciudades españolas- en situación calamitosa. Las eléctricas siguen poniendo postes y cables aéreos en las líneas de media y baja tensión porque es más barato, los cables se canalizan por fachadas y tejados. El soterramiento de las líneas es más seguro, más estético y permite transportar más potencia, pero tiene un coste cinco veces superior al aéreo. El mantenimiento es mínimo por parte de las eléctricas y las infraestructuras están ya más que amortizadas. Cuando los vecinos se quejan de la telaraña de cables, es el ayuntamiento el que tiene que financiar los soterramientos y retirar los postes -propiedad de las eléctricas- de las calles. Algo impensable en cualquier país de esos a los intentamos parecernos. Conozco este tema porque mi actividad profesional tiene que ver con proyectos de distribución eléctrica, el lector puede creerme: la red de media y baja tensión es, en muchos barrios españoles, tercermundista. Por este concepto pagamos la cantidad de 5.158 millones de euros, que luego se reparten entre las eléctricas.
Retribución específica: RECORE (REnovables, COgeneración, Residuos). Fueron 6.987 millones de euros en 2017. Este apartado incluye las “primas” a la generación con energías renovables (5.610,553 millones de euros), pagos por residuos y por cogeneración. Este sistema lo estableció el primer gobierno de Aznar con el RD 2818/98 y lo acentuó con el RD 436/04, no lo hizo un gobierno de Rodríguez Zapatero como habitualmente todo el mundo repite de manera automática. Desde el año 2012 se cambió el sistema de primas y España está recibiendo sentencias condenatorias internacionales por este cambio, indemnizaciones que al final -supongo- pagaremos los consumidores en el recibo de la luz, como ya se intentó hacer con el fracasado depósito submarino de gas de El Castor.
Déficit de Tarifa: este déficit tiene su origen en el año 2000, cuando se liberalizó el mercado eléctrico. El entonces ministro de Economía (Rodrigo Rato) puso en marcha una medida pactada con las eléctricas: El RD 1432/2002, que impedía repercutir en la factura de la luz la subida de los precios de los combustibles fósiles, que alimentaban las centrales eléctricas de forma mayoritaria en aquella época. Una regla “coladero”, por la que el Gobierno reconocía y sigue reconociendo a las eléctricas unos costes sin permitir éstas ningún tipo de auditoría. La deuda fue aumentando hasta el año 2013, en el que ascendió a unos 30.000 millones de euros. Según la CNMC, el déficit de tarifa era de 25.056 millones de euros a 31 de diciembre de 2015. En 2017, los consumidores pagaron por este concepto 2.838 millones de euros.
Retribución específica a sistemas no peninsulares: es la cantidad que pagamos los consumidores porque la electricidad que consumen quienes viven en Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla es más cara que la de la península. En las islas se genera una parte importante de la electricidad con grupos electrógenos alimentados con gasóleo y fuel, que tienen costes operativos más altos. No entiendo que las islas, teniendo recursos solares y eólicos en cantidades importantes no los utilicen. La geotermia en Lanzarote -por ejemplo- está infrautilizada. Por este concepto se pagó en 2017: 740,632 millones.
Servicio de interrumpibilidad: Son las cantidades que se pagan a ciertas empresas que consumen mucha electricidad (siderúrgicas, de máquinas herramientas o de cerámica,…) por admitir que no se les suministre electricidad en determinados momentos de escasez. Estas empresas reciben una bonificación en su recibo por si les cortan la luz cuando hay poca energía. Algo, que en el pasado pudo tener sentido, pero ya no porque el sistema de generación eléctrico español está sobredimensionado. España tiene más de 100.000 Megavatios de potencia instalada, el máximo utilizado en la serie histórica fue de 40.000, sobra potencia aunque no suministren nada la eólica y fotovoltaica (éstas suponen 30.000 Megavatios). En cualquier caso, esa bonificación la deberían pagar las propias empresas suministradoras: las eléctricas. En España la lógica no funciona en el mercado eléctrico, la bonificación la pagan -como no podía ser de otra manera- todos los consumidores. Por este concepto se pagó en 2017: 470 millones de euros.
Pagos por capacidad: son pagos con los que se compensa a ciertas tecnologías (ciclos combinados sobre todo) por tener disponibilidad de generar en momentos determinados en los que fallan otras formas de generación. Se justifica por la poca fiabilidad del suministro de algunas renovables (eólica y fotovoltaica). Si en la rúbrica anterior los consumidores pagaban por el perjuicio que ocasionaría a las grandes empresas una hipotética escasez del suministro, en esta los consumidores pagan por que estén preparadas ciertas centrales de ciclo combinado para intervenir ante una hipotética escasez de suministro -Groucho Marx no lo habría superado-. Por esto pagamos en 2017: 686,7 millones de euros.
Y los impuestos
En el recibo de la luz se pagan dos impuestos, que se aplican a la suma de todos los conceptos anteriores: el llamado “impuesto a la electricidad” que es del 5,11 %. Este impuesto entró en vigor en 1998 para subvencionar con él la minería del carbón, que ya empezaba a ser deficitaria. Una resolución de la Unión Europea obligó a la supresión de este impuesto en 2015, y lo que se hizo fue cambiarlo de nombre, desde entonces se llama Impuesto sobre el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica, deja de ser un impuesto sobre la producción de electricidad y pasa a ser un Impuesto Especial que grava el suministro de energía eléctrica para consumo. Y al resultado de aplicar este impuesto se aplica el 21% de IVA, una doble imposición que al parecer está permitida para los Impuestos Especiales en la normativa del IVA. Ley 37/1992 de IVA:” Los tributos y gravámenes de cualquier clase que recaigan sobre las mismas operaciones gravadas, excepto el propio Impuesto sobre el Valor Añadido. Lo dispuesto en este número comprenderá los impuestos especiales que se exijan en relación con los bienes que sean objeto de las operaciones gravadas, con excepción del impuesto especial sobre determinados medios de transporte.” Por impuestos pagamos en 2017 un total de: 8.390 millones de euros.
RESUMEN
El coste de generar la electricidad es 12.900 millones, los pagos regulados son 17.968 millones y los impuestos 8.390 millones
Se dice que el sistema está liberalizado y que favorece la competitividad, como viene exigiendo la Unión Europea. Pues bien, los datos dicen otra cosa, en números redondos: el coste de generar la electricidad es 12.900 millones, los pagos regulados son 17.968 millones y los impuestos 8.390 millones. Todos los números corresponden a datos de 2017 y todos obtenidos de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia. El gobierno controla directamente los dos últimos apartados (pagos regulados e impuestos) e indirectamente el primero (mercado mayorista). Es una falacia decir que el sistema está liberalizado, ya que la parte regulada supera en un 40% a la que se decide en el mercado. Y otra falacia es que son las primas a las renovables las únicas responsables del alto precio de la luz que pagamos los consumidores, basta ver las cifras y darse cuenta que los costes de las nucleares (como los residuos) y de las térmicas de carbón (subvenciones) que no se están contemplando en el recibo, los acaban pagando los ciudadanos vía presupuestos. Tampoco los 25.000 millones de deuda generada en el sistema eléctrico, por la subida no repercutida de los combustibles fósiles (déficit de tarifa), tienen que ver con las renovables, y por sólo este concepto se paga anualmente una cantidad equivalente al 50% de las primas a las renovables.
Los ciudadanos pagaron -solo por impuestos en la factura eléctrica- más de 1/3 de los impuestos que pagaron todas las empresas del país en 2017
Pagamos una de las electricidades más caras de la Unión Europea, en mi opinión por dos motivos fundamentalmente: Uno, porque algunos pagos regulados por el Gobierno a las eléctricas son cuantías injustificadas y exageradas, y esto tiene que ver mucho con las puertas giratorias. Y otro motivo, porque el recibo de la luz es una fuente importante de ingresos para el Estado: por Impuesto de Sociedades, Hacienda recaudó en 2017 la cantidad de 23.469 millones y por impuestos en el recibo de la luz fueron 8.390 millones, el 36%. Los ciudadanos pagaron -solo por impuestos en la factura eléctrica- más de 1/3 de los impuestos que pagaron todas las empresas del país en 2017.