EL PSOE - Jorge Valencia

Varios amigos me preguntaron con asombro por qué di mi voto a la coalición Navarra Suma en las pasadas elecciones autonómicas del 26 de Mayo. No, no soy yo precisamente un fan de Ciudadanos, un partido que considero vacío de ideología política y carente de principios, que actúa a golpe de encuesta de la forma más oportunista y con las peores costumbres de la vieja política. Tampoco mi voto iría en circunstancias normales (esto es, un país en el que no estuviera en cuestión el orden constitucional y la propia democracia) a partidos de ideología conservadora como el PP o UPN. No, no fue una decisión fácil ni ausente de una larga reflexión la que me llevó a votar a la coalición de estos tres partidos, cuyo único eje “político” principal (y único por cierto, pues no se conoció ninguna otra propuesta política) fue la defensa a ultranza de nuestros sacrosantos “derechos históricos”, esa entelequia en la que se basan nuestros privilegios fiscales respecto a otros ciudadanos de España contradiciendo el principio de igualdad entre ciudadanos que proclama la Constitución Española (por cierto, en una intensa y absurda competición con la supuesta izquierda y el nacionalismo por ver quién defendía mejor los fueros).

Hace mucho tiempo que el Partido Socialista dejó de ser lo que era para convertirse en una máquina de intentar alcanzar el poder como fuese y con quién fuese

¿Por qué no votaste al PSN si te consideras una persona más de izquierdas o progresista?, me preguntaban. Pues muy sencillo: Porque el PSOE no existe, ni en Navarra ni el resto de España. Hace mucho tiempo que el Partido Socialista dejó de ser lo que era para convertirse en una máquina de intentar alcanzar el poder como fuese y con quién fuese, a base de excluir a la otra mitad de españoles, representados por los partidos de derecha. Estos partidos pasaron de ser adversarios políticos del PSOE a ser enemigos, mientras que los que eran realmente enemigos del PSOE (y de la democracia), es decir, los que a día de hoy siguen justificando el asesinato de sus compañeros de filas, entre otros muchos, pasan a ser compañeros de viaje.

Resulta por otro lado curioso como el Partido Socialista no quiere saber nada de la derecha (democrática y que no está poniendo en cuestión el orden constitucional), pero está encantado de echarse a los brazos de la derecha nacionalista del PNV y Geroa Bai, que además quieren cargarse el Estado de Derecho, que es la mayor garantía de la igualdad de oportunidades y de la protección de los más desfavorecidos.

Por eso resulta tan hipócrita la petición de Sánchez para que el PP y C’s se abstengan facilitando así que pueda gobernar. Lo que ha ocurrido en Navarra es única y exclusivamente responsabilidad del Partido Socialista, puesto que es una decisión libre que ellos han tomado. Pudiendo pactar con la fuerza más votada y constitucionalista, Navarra Suma, el PSN ha optado (porque así lo quiere Pedro Sánchez) por hacer un pacto con los nacionalistas, I-E, Podemos y Bildu. Porque, no se engañen, por mucho que el PSN niegue públicamente el pacto con los proetarras, la realidad es la que es: El PSN cuenta con once escaños, Geroa Bai con nueve, Podemos con dos e Izquierda-Ezkerra con uno, lo que da una suma de 23 parlamentarios, a tres de la mayoría absoluta. Es imposible que el PSN sume mayoría sin el apoyo o la abstención de Bildu. Y obviamente, eso no es gratis, como ya han adelantado los proetarras.

En la misiva que Bildu ha enviado a sus afiliados informan de los últimos contactos mantenidos con Geroa Bai, Podemos e I-E, a quienes presentan como intermediarios. “En aras de la gobernabilidad, son conscientes de que tendrán que contar con EH Bildu para conseguir la necesaria mayoría. Eso es algo que le han repetido reiteradamente al PSN. Por otra parte, para evitar el riesgo de que el PSN trate de buscar esa mayoría con Navarra Suma han planteado varias garantías”, entre las que destaca “que la fórmula sea la de un Gobierno de coalición a tres y no monocolor del PSN”, relatan en la carta.

Por otro lado, la decisión del Partido Socialista en Navarra no solo es éticamente reprobable, sino que además es una perversión del sentido del voto de los ciudadanos. Es una burla al deseo de los navarros expresado en las urnas, quienes dejaron muy claro que no querían un gobierno de color nacionalista para Navarra. Porque si hubieran querido un gobierno como el anterior, hubieran seguido votando a los partidos que conformaban el cuatripartito y no al PSN, quien se supone era oposición a ese gobierno nacionalista, y en ese sentido además iban dirigidas muchas de las intervenciones de su líder, María Chivite.

Lo que ha hecho el PSN es, una vez más, traicionar a sus votantes y prestarse a ser la pieza que le faltaba al nacionalismo para reeditar el cuatripartito nacionalista

Lo que ha hecho el PSN es, una vez más, traicionar a sus votantes y prestarse a ser la pieza que le faltaba al nacionalismo para reeditar el cuatripartito nacionalista en Navarra que los ciudadanos habían mandado a la oposición en las urnas. Es, además, el precio que Sánchez paga al PNV para poder contar con su apoyo como ya le advirtieron los nacionalistas vascos. ¿Cómo tomar en serio a este PSOE?, ¿cómo pensar que el PSOE puede ser alternativa a algo?

No habrá otra persona a la que le duela más decir esto, pero es mejor afrontar las cosas a ponerse una venda en los ojos. Hoy día votar al PSOE es como rezar a Santa Bárbara para protegernos de los rayos y las tormentas. Esto es, encomendarse a alguien y esperar a ver qué pasa. La única diferencia es que una vez encomendado a los santos, podrá haber tormenta o no haberla, pero una vez votado el PSOE, el resultado está garantizado: Siempre traicionará el orden constitucional.

Lo dijimos antes de las elecciones: Esto no va de izquierdas o derechas, sino de preservar el orden constitucional y el Estado de Derecho o de cargárselo. No sé cuántos más ejemplos necesitan algunos para darse cuenta de qué lado está el que otrora fuera un partido nacional como el PSOE.