Alfonso Valero nació en Madrid en 1978. Ha ejercido la abogacía en Madrid y Londres, y ha sido profesor titular de universidad en Londres, Coventry y Nottingham. Después de su periplo británico, decidió hacer su propio Brexit y trasladarse a Australia. Es el fundador y coordinador del Foro de Profesores, un grupo de profesores y profesionales comprometidos con la unidad de España y el estado de derecho. Ha sido asiduo en medios de comunicación de España, Inglaterra, Rusia y Australia, tanto en prensa escrita como en radio y televisión.

La idea de crear el Foro de Profesores surgió a finales de septiembre de 2017 al ver el tratamiento mediático internacional que se daba a los acontecimientos en Cataluña, especialmente tras el referéndum ilegal del 1de octubre

¿Cuándo y por qué razones surgió la idea de crear el Foro de Profesores?  La idea de crear el Foro de Profesores surgió a finales de septiembre de 2017 al ver el tratamiento mediático internacional que se daba a los acontecimientos en Cataluña, especialmente tras el referéndum ilegal del 1de octubre. Al percibir que los medios extranjeros no tenían ningún interés en publicar la versión no-nacionalista de los hechos, pensé en crear una red de contacto de profesores españoles que tuvieran en común la defensa de la unidad de España y el estado de derecho, para llevar a cabo actuaciones colectivas. He de decir que a la sazón yo era profesor de derecho en Nottingham (Inglaterra). Desde el principio se unieron al grupo otros profesionales no docentes cuya aportación ha sido absolutamente esencial.

¿Qué actividades habéis desarrollado durante este tiempo?  Hasta la fecha hemos publicado ocho textos: 1) carta pública a la Profesora Sally Mapstone (rectora de St. Andrews) como respuesta a sus declaraciones contra España; 2) respuesta al manifiesto de 100 profesores que pedían la liberación de los políticos presos; 3) manifiesto a raíz del nombramiento de Torra; 4) réplica a la petición de 60 profesores pidiendo una reforma de la constitución; 5) respuesta a los comentarios de la Ministra Celaá sobre la inmersión lingüística; 6) manifiesto de apoyo a los jóvenes SCC de la UAB; 7) carta abierta llamando a la restauración de la convivencia y 8) manifiesto en contra del adoctrinamiento en las escuelas.

En un artículo que publicaste en El Asterisco en el mes de julio pasado decías que, a pesar de la supuesta calidad informativa de la prensa inglesa, en lo que respecta a la cobertura de noticias sobre Cataluña, los medios se habían mostrado a favor de las tesis nacionalistas casi unánimemente desde el principio del autogolpe de Estado en el Parlamento Catalán. ¿Cuáles consideras que son los motivos para que pasara esto? En mi opinión las motivaciones son ideológicas y son variadas. Los medios de corte conservador, por una militancia anti-europea muy acentuada a partir del referéndum sobre el Brexit. De la misma manera que la reacción ante cualquier tema relacionado con Gibraltar se radicalizó, los eventos en Cataluña presentaban una oportunidad para desestabilizar a España. Estos mismos medios no tienen ninguna simpatía hacia el nacionalismo escocés, mucho menos hacia el nacionalismo católico irlandés…, pero mostraban absoluta solidaridad con el nacionalismo catalán. Los medios de centro-izquierda, por su tendencia a favorecer a aquel que consiga presentarse como el rebelde o la víctima. En este sentido los nacionalistas ganaron la batalla de la narrativa: un solo pueblo oprimido, legitimidad histórica, gobierno español anti-democrático… Finalmente, los medios nacionalistas escoceses, por una afinidad ideológica con otros nacionalismos regionales europeos.

Los nacionalistas llevan invirtiendo dinero en propaganda durante años, y que no les importa utilizar dinero del contribuyente a costa de otros servicios esenciales. El resultado es una maquinaria de propaganda nacionalista bien engrasada contra la que no hay organización gubernamental alguna

Con todo, no podemos olvidar tres factores igualmente importantes: dinero invertido en propaganda, disponibilidad y disposición de la sociedad civil. En primer lugar, hay que tener en cuenta que los nacionalistas llevan invirtiendo dinero en propaganda durante años, y que no les importa utilizar dinero del contribuyente a costa de otros servicios esenciales. El resultado es una maquinaria de propaganda nacionalista bien engrasada contra la que no hay organización gubernamental alguna. En los últimos tiempos, tan sólo el trabajo de Sociedad Civil Catalana internacional, liderado por Miriam Tey, ha conseguido trabajar para presentar la otra versión de los hechos. En segundo lugar, la disponibilidad para comentar y dar una versión de los hechos es esencial: los nacionalistas preparaban materiales en varios idiomas, mientras que el gobierno español no estaba disponible para responder preguntas (ni en España, ni en el exterior). Por último, los nacionalistas han sido tremendamente militantes e insistentes en aportar su versión de los hechos, mientras que entre los constitucionalistas se da más una expectativa de que es el gobierno el que tiene que hacer algo. Eso no es así: de la misma manera que sólo se derrotó a ETA cuando la sociedad civil vasca dijo “basta ya”, sólo se ha empezado a parar al nacionalismo catalán cuando la sociedad civil catalana ha dicho que se acabó. La proliferación de colectivos anti-nacionalistas así lo atestigua. El conjunto de la sociedad española tiene que actuar y mostrar su apoyo frente a esos ataques, no sólo esperar que sea el gobierno el que lo haga.

Todo lo anterior sin perjuicio de que la descalificación fácil contra España es acusarnos a los españoles de seguir anclados en los tiempos de Franco. Dado que esa acusación es la preferida de muchos españoles, tampoco puede sorprendernos que la asuman en el extranjero.

¿Cuál ha sido tu experiencia sobre la propaganda política desarrollada por el nacionalismo separatista catalán fuera de España?  La propaganda política no es sólo del nacionalismo separatista catalán, sino del nacionalismo catalán en su conjunto. El Programa 2000, creado en 1990, trataba ya muchos aspectos de la internacionalización pretendida por el nacionalismo catalán, que supuestamente no era separatista.

Mi experiencia ha sido encontrarme con grupos extremadamente bien organizados que no tenían ningún problema en lanzar datos e informaciones falsas

Con todo, mi experiencia ha sido encontrarme con grupos extremadamente bien organizados que no tenían ningún problema en lanzar datos e informaciones falsas. Por ejemplo, justo antes de crear el Foro de Profesores me vi envuelto en un debate en Inglaterra con una persona que argumentaba que Ómnium Cultural y la ANC eran ejemplos de sociedad civil porque no recibían fondos del gobierno alguno. Sin embargo, según informaba Crónica Global en abril de 2018, oficialmente, Ómnium Cultural recibió 10,2 millones de euros entre 2006 y 2016. Eso sólo una de las dos organizaciones preeminentes. Otro ejemplo fueron los supuestos 900 heridos durante el referéndum ilegal del 1 de octubre, incluyendo la persona que dijo haber sido abusada sexualmente y haber sufrido rotura de todos los dedos de la mano. Esta información se difundió a los medios extranjeros con tanta eficacia que hasta las autoridades europeas se manifestaron en contra de la actuación de la policía española. Fue un éxito rotundo para la propaganda nacionalista. Otro ejemplo más reciente fue una discusión en un foro abierto en la que mi interlocutora, una investigadora de la Universidad de Western Australia, decía que los no nacionalistas catalanes querían liquidar a dos millones de catalanes. Este tipo de falsedades son repetidas hasta la extenuación, impasibles ante la demostración de la verdad.

El populista, y el nacionalismo es una forma de más de populismo, no tiene ninguna intención de entablar un debate racional, por lo que mi experiencia me enseña que la respuesta a sus falsedades sólo debe hacerse para ofrecer otra versión a quien quiere saber la verdad.

¿En este terreno el caso vasco es equiparable al catalán? El caso vasco ha sido muy distinto porque al haber terrorismo de por medio era mucho más difícil que la comunidad internacional en su conjunto se mostrase favorable a la postura nacionalista. Con todo, algunos medios de comunicación no tenían inconveniente en presentar a los terroristas como grupo separatista y sin duda algunos gobiernos europeos, también en aquellos momentos, dieron cobijo a los huidos de la justicia española. En la actualidad, personalmente no me he encontrado casos de propaganda nacionalista vasca en el extranjero.

¿Cuánto consideras que han conseguido influir los nacionalistas catalanes en los políticos y en los estados de opinión de los diferentes países?  En los gobiernos de los países extranjeros, nada. Esta impresión se basa en el apoyo reiterado al gobierno español frente a las actuaciones antidemocráticas de los nacionalistas catalanes. En cuanto a la opinión pública, hay que marcar un antes y un después del referéndum ilegal. Antes del 1 de octubre de 2017, la grandísima mayoría de las personas extranjeras que hablaban de España no sabían nada acerca de las tensiones nacionalistas en Cataluña. Después del 1 de octubre, hay más personas que se declaran conocedoras de la situación Cataluña, si bien su argumento suele ser que se debería dejar hacer un referéndum. Es decir, que pese a la inversión ingente de dinero del contribuyente, todo lo que han conseguido es que una parte minoritaria del sector de la población con interés en asuntos internacionales piense que se debería permitir un referéndum en Cataluña. Yo a eso lo llamo un sonado fracaso. Pese a que hablo desde mi impresión personal, hay datos oficiales que lo corroboran. Por ejemplo, el informe de Carmen González Enríquez para el Real Instituto Elcano.

El Estado ha facilitado la situación actual en Cataluña por la vía de ceder parcelas de poder a los nacionalistas y por el abandono de los catalanes no nacionalistas

¿Qué opinión te merece la actuación del Estado frente a esta actividad del nacionalismo que socaba la cohesión y la unidad de España? ¿Crees que se han producido resultados positivos, al menos en los últimos tiempos? La actuación del Rey, Jefe del Estado, con su discurso del 3 de octubre de 2017, me pareció la única actuación como tal del Estado y fue tan necesaria como efectiva dado que promovió la movilización de los españoles. En lo demás, me parece que el Estado ha facilitado la situación actual en Cataluña por la vía de ceder parcelas de poder a los nacionalistas y por el abandono de los catalanes no nacionalistas. La compra de votos a los partidos nacionalistas en el Congreso y la dejación de funciones para garantizar los derechos en todo el territorio nacional ha sido la tónica de casi todos los años de nuestra democracia. En los últimos meses la única diferencia, con el nombramiento de Borrell de ministro de Asuntos Exteriores, es que hay más disposición para combatir el mensaje nacionalista en el exterior. Eso a la par que el propio ministro dice que piensa que los políticos en prisión preventiva no deberían estar en prisión y que, si se les condena, habrá que indultarlos, así como que Cataluña es una nación. Con esos gobiernos, es mejor que la sociedad civil haga su parte.

No tengo ninguna duda de que España saldrá de esta crisis más reforzada. Los nacionalistas catalanes han conseguido un resultado que no se esperaban: que el conjunto de los españoles reencuentre el orgullo de serlo

¿Cómo ves el futuro de España en lo que respecta a su cohesión territorial?  No tengo ninguna duda de que España saldrá de esta crisis más reforzada. Los nacionalistas catalanes han conseguido un resultado que no se esperaban: que el conjunto de los españoles reencuentre el orgullo de serlo. La bandera española ha dejado de ser simplemente el símbolo de la selección nacional y hablar de la unidad de España ha dejado de ser algo de “fachas”. También hay que reconocer que el primer partido político de los últimos tiempos que reivindicó la unidad de España fue UPyD, pero el concepto seguía siendo marginal hasta hace bien poco. El hecho de que la canción de Manolo Escobar “Y Viva España” se haya convertido en un himno popular dice mucho de la cohesión que han conseguido los nacionalistas catalanes para todos los españoles. Los nacionalistas han perdido y lo saben. Prueba de ello es que perdieron las elecciones de diciembre en Cataluña en unas condiciones absolutamente ideales para una victoria por goleada para el nacionalismo. Más prueba de ello son las declaraciones públicas de Ponsatí y Puigdemont diciendo que en realidad no tenían intención de independizarse. Aún más, el nombramiento de Torra, un personaje que en cualquier otro país europeo habría sido denunciado por todos como un peligroso supremacista xenófobo demuestra la desesperación del nacionalismo. El nacionalismo se radicaliza porque se ha dado cuenta de que el muro de silencio se resquebraja, se va perdiendo el miedo a hacerles frente y han conseguido que los españoles superen la vergüenza de serlo.